Corre. No te pares. Sigue adelante. Corre.
El cielo sigue oscuro sobre mi cabeza, con la Luna brillando a más no poder. Desearía que no hubiera Luna llena, así al menos me aseguraría seguir vivo por unos cuantos días más.
Sé que él sigue detrás de mí. Lo siento cada vez más cerca. Sus pisadas resuenan dentro de mi cabeza y ya no sé si es fruto de su habilidad o por el hecho de que puede que esté justo detrás de mi espalda.
El río está cerca, solo tengo que llegar hasta él y una vez llegue podré utilizar sus aguas para combatir contra la sombra. Necesito llegar.
Mis pies se mueven solos por la tierra húmeda del bosque, está comenzando a llover. Genial. Siento las gotas de agua sobre mi cabeza, golpeando mi cráneo y deslizándose lentamente por mi frente y mi pelo, se adhieren a mi cuerpo como si formaran parte de mí. Lo único en lo que puedo pensar ahora mismo es en darle las gracias a la madre naturaleza, puede que salga vivo de esta noche.
- ¡Ezra, correr no te servirá de nada!
Un escalofrío recorre mi espalda. Está cerca. Muy cerca.
Obligo a mis piernas a correr más rápido. Puede que la lluvia haya sido un golpe de suerte, pero el agua del río me supondrá una gran ventaja. Debo de llegar.
Corre. No te pares. Sigue adelante. Corre.
Necesito descansar. He sobrepasado mi límite, las piernas me arden y siento que en cualquier momento voy a desplomarme contra el suelo. Desearía poder hacerlo. Acabar ya con esta tortura, pero debo de seguir luchando por ella. Irelia me dijo que ella podría salvarnos de la oscuridad que está por venir. Que el mensaje le llegue depende de mí, la supervivencia de nuestra especie depende de mí.
Me recuesto en uno de los tantos árboles que hay a mi alrededor con la esperanza de despistarlo por un momento. Cinco minutos me bastan, necesito solo cinco minutos.
No los tengo.
El primer golpe llega de la nada, entre tanta oscuridad no puedo distinguir su silueta. Si tuviera la fuerza suficiente haría que las nubes que ahora cubren el cielo se disiparan, pero dependo de ellas; necesito de su lluvia si quiero salir vivo de esto. El segundo golpe me da de lleno en las costillas, me falta el aire y me cuesta respirar, pero me recupero rápido. No puedo permitirme fallar.
Esquivo el tercer golpe. Ya sé dónde te escondes, cabrón. Le propino un puñetazo en lo que supongo que es su mandíbula, aunque juraría que no lo es, me cuesta diferenciar las partes de su cuerpo en la oscuridad, y las sombras que lo recubren no me ayudan mucho tampoco.
- He de reconocer que tienes agallas, chico. A estas alturas otro estaría ya rogándome por su vida. – Si no fuera por la situación me reiría de él en su cara, pero no es el caso. –
- ¿Qué quieres de mí?
- No te hagas el tonto, esas cosas no funcionan conmigo. Deberías de saberlo, Irelia y yo éramos muy buenos amigos. Una pena que no te haya advertido de que me gusta jugar sucio con mis presas. – Me irrita la forma en la que habla, como si ya estuviera muerto. ¿Lo estoy realmente? No. Voy a salir de aquí con vida. Necesito hacerlo. – Te propongo un trato. Únete a mí.
No puedo evitar reírme ¿de verdad piensa que voy a abandonarlo todo para unirme a él? Mi causa vale más que mi vida, aunque claro, la causa depende de que yo salga vivo de esta. Solo necesito entretenerlo dos minutos más, necesito recuperar fuerzas para lo que tengo en mente.
- ¿Crees que traicionaría a Irelia tan fácilmente? No soy como tú, Daryus.
Golpe bajo, amigo.
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El poder de la Sombra
FantasyCassandra despierta sin recordar nada de su vida pasada y sin saber que el destino de su especie y el futuro de las 7 dimensiones se encuentra sobre sus hombros. El mundo no es lo que parece; los recuerdos siempre vuelven, las amistades traicionan...