Sentada en la antesala, observando a todos los seres de blanco pasar por ahí, pensaba en aquel terrible día donde fue invadida de la manera más vil posible por aquella bestia, que llegó a lo más profundo de su alma, desgarrándola totalmente. Era de esperar que Estela tomara la decisión prohibida por la santa iglesia. Ya a pocos minutos de perpetrar el homicidio, el futuro futbolista le pegó una patada, como diciendo: ''no tengo la culpa, déjame conocer tu rostro''. La dolida joven miró al techo por 1 minuto, agarró su bolso, caminó hacia la salida, pensó nuevamente en el desgraciado día, y sin titubear dio vuelta en ''U'' e ingresó a la sala del infierno.
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Desde Una Perspectiva Diferente
Short StoryAquí reúno todos los Microrrelatos y cuentos que he escrito y que escribiré durante todo el tiempo que habite en esta tierra, claro está, hasta donde mi cuerpo me lo permita. Solo me queda decir que vean estos escritos desde otra y hasta varias pers...