Pesadilla del corazón [Yaoi/Gay]

0.2

-¡No quiero una niñera! Mama, puedo cuidarme solo.

-¡NO! Yuki, tienes solo seis años, ambos sabemos perfectamente que no te puedes cuidar solo... ademas no pienso dejar a mi bebe al cuidado de una desconocida, así que contrate... un niñero.

Mire a mi madre con ferocidad ¿Un niñero? si ese es el caso prefiero una niñera.

-Mama...

-No, Yuki-me interrumpió-, necesito que cooperes, desde que murió tu padre no he podido descansar de mi trabajo o de mis preocupaciones como madre cuando te dejo solo, un niñero me quitara la carga de estar pensando en como estas mientras no estoy en casa por unas horas, se que no te gusta esto pero no hay de otra, ademas, así no te sentirás tan solo.

Mi mirada seguí clavada en mi madre, se por lo que esta pasando, su rostro cansado lo dice todo.

Mi madre trabaja en una editorial de manga, el problema es que esa editorial trabaja de Lunes a Sábados desde las ocho de la mañana hasta las once de la noche, las pocas horas que esta en casa discute con su mangaka y trata de ser una buena madre, dejando un par de horas para descansar, realmente me apiado de ella, desde que murió mi padre se ha convertido en una guerrera con todos los honores, lo mínimo que puedo hacer por ella es traer buenas notas y no causar problemas.

Suspire y asentí.

-Esta bien, acepto.

Una gran sonrisa se forma en el rostro de mi madre, de inmediato me abrazo.

-Gracias, Yuki, Gracias.

Mi madre... una luchadora, una joven mujer que tomo la decisión de casarse y ser la madre del hijo de su primer novio, una mujer la cual no le importo quedar en embarazo al mes de casarse, la cual se alegro de ser madre a su corta edad de veintiún años. 

Se alejo de mi y con una sonrisa miro su reloj de mano, sus ojos verdes reflejan mas edad de lo que deberían.

-Lucían llegara en veinte minutos, no podre esperarlo, aun así compórtate por favor, nada de travesuras... Yuki, te quiero.-me dio un beso en la frente y después se marcho.

...

...

Veinte minutos exactos tocaron a la puerta.

Me dirigí de inmediato a ella y en cuanto la abrí un chico de ojos grises y cabellos tan negros como la misma noche me miraba con una sonrisa tan amplia que casi parecía imposible.

Aun así mi respuesta fue fría e indiferente y casi de inmediato su sonrisa se amplio mas y sus ojos se cerraron.

-Hola, Yuki-Kun, yo soy lucían.-y en cuanto dijo su nombre el mismo se señalo con el dedo.

De inmediato pude percatarme de que aquel chico es de secundaria. 

Mi madre se quejaba de lo preocupada que estaría dejando a su ''bebe'' con una desconocida, pero de lo que ella no se da de cuenta es que dejarme al cuidado de un chico de secundaria seria aun peor. Su desorden, su irresponsabilidad y su frescura, todo podría afectarme he inclusive lo mas probable es que yo termine cuidado de el y no el de mi.

Me hice a un lado para que el chico pasara, en cuanto entro cerré la puerta tras de mi mientras me dirigía a la sala para ver un poco de tv, podía escuchar sus pasos y sentir su presencia seguirme.

-¿Que se supone que haces?-pregunte exasperado, girando solo un poco para mirarlo.

-Estoy cuidando de ti.

Y ahí estaba nuevamente su sonrisa.

-No necesito que lo hagas.

-Tu madre me dijo lo contrario.

Solté un suspiro de amargura, tendría que explicárselo todo.

-Puedes quedarte aquí o te puedes largar, es tu decisión, me da igual, solo acepte que vinieras aquí por mi madre, no necesito que me cuide alguien que apenas si sabe cambiar su ropa interior, sea como sea le diré que te portaste bien conmigo. Ganaras dinero fácil.

La sonrisa se borro y su rostro se volvió inexpresivo, una mirada aterradora que no me importaría retar.

-No estoy aquí por el dinero, ademas, no me pienso ir, estoy aquí para hacer mi trabajo y no engañar a tu madre.- su voz paso de una una suave a una severa.

-Ni creas que contare contigo para mis problemas o cosas importantes.

Lucían se puso en cuclillas para estar a mi altura y su rostro recupero su sonrisa, poso su mano derecha bajo mi mentó, su suave tacto hizo que en el punto en que tocaba mi piel ardiera, poco a poco sentí como mis mejillas tomaban color, de inmediato aleje su mano apreciando por unos segundos asombro de su parte y después una sonrisa amigable.

-¿Estas seguro que tienes seis?

-Si.

-Eres un poco testarudo para tu edad.

-¡¿A que te refieres con eso?!

Lucían rió un poco y después me miro.

-Yuki-Kun se ve tan lindo cuando se enoja.

Y en cuanto lo dijo pude sentir como mis mejillas ardían mas de lo que debían, Trataba de no mirarlo, era tan vergonzoso, cuando estaba a punto de levantar mi mirada para verlo pude percibir algo suave y húmedo contra mis labios, al percatarme de que los labios de Lucían me estaban besando el pánico invadió mi ser.

》Lucían《

Trate de alejarlo, pero mi cuerpo no responde.

》Mi primer beso《

Sentía como un nudo se hacia presente en mi garganta, un nudo difícil de tragar.

》¿Que se supone que debo hacer?《

Cerré mis ojos con fuerza tratando de no llorar.

》No llores《  

Ya era tarde.

Lucían se separo y me miro, su rostro lleno de preocupación y arrepentimiento al ver mis lagrimas.

-Yuki-Kun, yo...

Trate de hablar, reprochar o maldecir, nada salia, y como por arte de magia mis piernas escucharon mis suplicas llevándome a toda prisa hacia mi habitación, encerrándome con llave en ella.

Me oculte en un rincón oscuro de mi cuarto sentándome en posición fetal, en unos cuantos segundos llamaron a la puerta.

-Yuki-Kun... lo siento-su voz sonaba arrepentida-, se que soy un imbécil... genial, primer día y besas al hijo de tu jefa.

Hablo para si, escuche un ruido seco que golpeo la puerta he instintivamente supe que había sido su cabeza, se escucho una risa que provenía del otro lado de la puerta para después ser ahogada.

-Entenderé si decides contarle a tu madre y hacer que me echen... posiblemente yo también haría lo mismo si un completo extraño diez años mayor que yo me besara... pero por favor no me odies.

》Desde el primer momento lo hago《

-No te odio.-las palabras salieron por si solas, no sabia si era por compasión o porque de verdad no lo odio.

-Yuki...

-Sólo no lo vuelvas hacer.

...