11 - Historia de un rescate

12 1 0
                                    

Una vez se encontró el príncipe azul con la princesa en apuros, ella no estaba tan apurada ese día, se encontraba sentada tranquilamente en el balcón de una torre muy alta. Entonces el príncipe decidió entablar conversación.

-Buenos días princesa ¿qué haces ahí arriba en un día tan hermoso? Sal a dar un paseo bajo los cálidos rayos del sol

-Nada me gustaría más querido príncipe, pero lastimosamente no puedo.- Dijo poniendo una mueca triste algo exagerada

-¿Y eso por qué?

-¿Pero es que no tienes ojos?- preguntó algo molesta- Estoy en apuros

El príncipe se quedó algo pensativo, valorando la situación. Finalmente dijo

-No veo qué es lo que te apura.

La princesa parecía empezar a estresarse.

-A ver, mendrugo, soy una princesa

-Sí, ya lo veo

-Estoy en una torre

-Ajá, eso salta a la vista

-Encerrada por supuesto

-¿Te olvidaste la llave?

-¿De qué me hablas?

-A ver, estás en una torre, las torres tienen puertas y las puertas a menudo se abren con llaves

-No todas las torres tienen puertas ¿te creías tan listo o qué?

-¿Cómo que no tiene puerta?

-Como que no la tiene, míralo por ti mismo

-Pero a ver, si no tiene puerta ¿tú por dónde has entrado?¿Por la ventana?

La princesa se quedó blanca un momento ante esa observación.

-No, por supuesto que no, no soy un pájaro, idiota

-Entonces ¿Por dónde?

-No lo sé, me desperté aquí

-¿Y no has intentado salir?

Esa pregunta también la pilló desprevenida.

-Por supuesto que sí- dijo altiva

-¿Y bien?

-No la hay

-Entonces entraste por la ventana.

La princesa perdió la poca paciencia que tenía.

-Pero a ver, grandísimo imbécil ¿Qué más hay que entender? Soy una princesa, estoy en apuros y tú eres un príncipe...bueno encantador no, pero eres un príncipe ¿es que no te leyeron cuentos de pequeño? Se supone que tienes que rescatarme

-Aaaahhh...

-¡Menudo novato!

-¿Y por qué te tengo que rescatar?- preguntó desconcertado

La princesa no cabía en su asombro y cabreo

-¿Cómo es posible que de todos los príncipes que hay me toque uno tan tonto?- dijo llevándose la mano a la frente

-Bueno pues si yo no te caigo bien, búscate a otro que te rescate- acto seguido se disponía para irse cuando la princesa le interrumpió su marcha

-¡Espera! No te vayas

-¿Por qué?

-¿Qué tipo de príncipe eres tú que no rescatas a una preciosa doncella en apuros?

Silencio, mi cuento empiezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora