SOLEDAD

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¿Cuántas veces necesitamos estar solos? ¿Cuántas veces necesitamos encontrarnos a nosotros mismos? ¿Cuántas veces estamos hartos de todo y nos aferramos a la soledad?
¿Cuántas veces fuimos fuertes y nos derrumbamos solos? ¿Cuántas veces hemos llorazo en los brazos de nuestra propia soledad?¿Cuántas veces te hemos llamado, soledad?
Aveces nos sentimos vacíos, sentimos que nuestra vida aunque sea nuestra no nos pertenece; que somos incapaces de seguir porque estamos atados con cadenas de hierro al suelo. Somos de preocuparnos, de guardarnoslo todo dentro, de callar cuándo queremos gritar, de no decir nada por miedo al que dirán, de no lanzarnos por miedo al fracaso, de no querer por miedo a que nos rompan en mil pedazos. Somos de esa clase de personas que para aclararse necesita su propia soledad. Esa soledad que parece que nos ayuda a seguir nuestro camino, esa que parece ser nuestra sombra y nuestra psicóloga personal. Esa que sabemos que siempre estará, que nos ayudará a retomar todo aquello que nos preocupa, a atar cabos y entender porqué estamos en esa situación.
La soledad en muchas ocasiones actúa como antibiótico. Un antibiótico que es solamente nuestro y que sabemos que cada cierto tiempo nos hace de marabilla.
Soledad, que marabillosa eres y por otra parte eres lo peor que existe...
No dejemos que la soledad invada nuestra vida, porque hay cosas que la soledad nos hace hacer y no tienen vuelta atrás.

·NEBULOSA·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora