My Life Is Like A Fucking Soap Opera

Chocolate

Nota del Autor:
Aquí Os dejo una canción para escuchar mientras leeis, no es necesaria para entender la historia ni nada pero me encanta <3 yrarerirorune
(Nota, solo podrás escucharla si estas desde un movil)

Narra Shin:

No se que acaba de pasar. Tampoco quiero saberlo. Ya me cuesta asimilar lo de Ryo como para que ahora tenga esto. En serio tenia que pasarme esto ahora? La verdad... Es que ya no veo a Yasushi con los mismos ojos y... Incluso es un poco mono...

PERO QUE ESTOY DICIENDO

Narra Ryo:

Es tan fácil engañar a esos dos, no se dan cuenta de que lo vi jejeje. Magnifico para mi Fundashi interior jeje

Como sea, parece que están algo confundidos, creo que lo mejor será separarlos

Ryo:
Volvemos a casa? Estoy bastante cansado...

Mentira, yo cansado? desde cuando?

Shin:
Bueno...vale

Yasushi:
Yo también estoy algo cansado, volvamos

Por el camino al edificio, me acerqué a el oído de Shin, diciéndole que podía ir a ver a Ressha. Ahora mismo estaba sola. Lo miré hace un rato en SnapChat e Instagram(si, publica todo en todo) . Él me miró iluminado, y luego se fue diciendo adiós a lo lejos. Quedando Yasushi y yo solos.

Ryo:
Vamos a casa ya?

Yasushi:
Venga, tengo hambre

Ya veo que me toca cocinar a mi...

Nada más llegar a casa voy directo al baño a vaciar las tres mil dunas que se habían formado en mis zapatos. Nota mental, nunca volver a la playa. Luego me tiré en la cama mirando al techo pensativo.

Mas no estuve mucho rato, tenia que hacer algo de comer. Admito que hacia días que dejaba que Yasushi y Shin cocinaran para mi *jeje*

A ver... Algo fácil... Bolas de arroz blanco? Venga va. Preparo el agua y arroz y en un par de minutos ya tengo hechas unas cuantas. Hmm parecen deliciosas

La verdad es que se me ha quitado el hambre... Bueno, aun así comeré con Yasushi, por no hacerle el feo.

Yasushi:
Siii arroz!

Ryo:
No se como estará, espero que bien

Y comenzamos a comer, en silencio. Hasta que en un momento, Yasushi me miró fijamente, muy fijamente. Agarró una bola de arroz y me la colocó en la nariz, sujetándose aun en mi cabeza