Me desperté como todos los días. Con Alex a mi lado.
Esta vez, Alex esta rodeando mi cintura con su brazo apegándose a el.
Trate de liberarme de su agarre, pero solo soltó un gruñido, y me apretó más contra el.
Pero quería ir al baño.
Con tal de moverme, me apretaba mas a el. Me rendí.
Después de un rato ideando un plan, me di vuelta, quedando cara a cara.
Como mis brazos estaban atrapados, solo que quedaba una alternativa -y con esa alternativa, no me quejaba del todo-.
Me acerque un poco más, quedando a milímetros de su cara; y lo bese.
Después de unos segundos, se despertó.
Primero se tenso, y al notar que era yo, siguió con gusto el beso.
Tomo mi cintura y me puso encima de él.
Después de unos segundos sin romper el beso. Nos separamos.
-Que bueno despertar así...- susurra.-
Rei.
-No te ilusiones. Solo quería salir de tus brazos.- le sonrío burlona.-
-Eso ni te lo crees tu.- me apunto.-
Solté una carcajada.
-Bueno, si me disculpas. Tengo que ir urgente al baño.- le digo y me paro.-
Entro al baño, hago mis necesidades y salgo.
Al salir veo a Alex acostado -sin polera-, con las manos atrás de su cabeza, y mirando la televisión.
Como no ha notado de que salí de baño, me tiro encima de el de lado, haciendo que suelte un gruñido de dolor y yo río.
Me acuesto al lado de él, el rodea mis hombros con su brazo, y acuesto mi cabeza en su hombro.
Veo la tele, y están dando Bob esponja.
Amo a esa esponja amarilla.
-¿Como es tu vestido?.- me pregunta Alex.-
-Cuando me lo veas puesto, lo sabrás.-
Ríe.
-Almenos dime como es.-
-Es negro, es sencillo, y no muestra mucha piel. Fue el único que me gusto.- me encojo de hombros.-
-Que bueno. Seguro te veras preciosa- me susurra lo último.-
-¿Y conseguiste un traje?.-
-Si, ayer me junte con Brooke y me prestó uno de Ben.- dice y asiento.-
-¿Qué hubiera pasado, si aun yo no quisiera ir al baile?.- le pregunto.-
-Me quedaría aquí contigo...- dijo acercándose y besando la comisura de mis labios.-
Reí y subí mis manos a su nuca para profundizar el beso.
.
.
-¡Me encanta mi vestido!.- chilla Jade.-
Y yo la miro mal. Casi me rompe el tímpano.
Todas las chicas -Jade, Becca, Mac y yo- estamos en mi casa alistandonos en mi habitación.
Son las cinco y media de la tarde. Y los chicos nos van a venir a buscar a las siete y media.
Todos los chicos están en la casa de los cuatrillizos -que casi ya nunca están-.
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Viviendo Con Mi Hermano [Editando]
JugendliteraturMeg Collins ha pasado los últimos cinco años en un internado. A sus 18 años vuelve a California, su ciudad natal. Al llegar se encuentra con su hermano, sus amigos y una gran sorpresa: Vivir todos juntos en una sola casa. Aguanta...