Un día salí y me miraste con una sonrisa pintada en tu cara.
Jugamos los juegos que nunca practicamos cuando niños.
Nos sentamos a comparar las estrellas y otros chicos también lo hacían.
Tomaste mi pie y quitaste el nudo de mi zapato deportivo.
Te obligue a que lo amarraras de nuevo.
Perezosamente lo hiciste y dejaste tu mano en mi pierna.
Hiciste suaves giros con tu dedo en mi pantorrilla.
Hasta que alguien paso por allí.
Y tú mano rápido la quitaste como si mi pierna de fuego fuera.
¿A qué tenías miedo, L?
Mi madre gritó; ¿Quienes están allí?
Yo dije; L y yo.
Mientras tú dijiste; Nosotros.
No te imaginas lo bueno que se sentía unir tu nombre y el mío en una misma línea.
ESTÁS LEYENDO
NEIGHBOURS
Short StoryNunca sabrás lo mucho que me dolió quererte. • inicio 09/01/2016 • fin 11/02/2016 | ésta historia la publiqué hace un buen tiempo y aún sigue sin edición. Perdonen los errores ortográficos que encuentren. |