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Él comenzó a notarla. La saludaba en los pasillos y de vez en cuando hablaban.

- ¿Puedes pasarme tu número?- Le preguntó él un día.

Mérida se lo pasó, muy emocionada.

Comenzaron a escribirse, y ella logró saber más de él.

No era el chico perfecto que se había imaginado, pero era humano, y real. Tenía problemas.

Al igual que a Mérida, sus padres no lo entendían. No podían comprender por qué pensaba diferente.

Se volvieron íntimos, cada día hablaban más, tanto en persona como por celular.


¿Ya me olvidaste? (Historia corta Mericcup #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora