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Como suele suceder, los sentimientos crecieron.

Si Mérida estaba enamorada, ahora lo estaba más.

Un día, mientras ella iba caminando para irse del colegio alguien la detuvo.

Hippo la miraba nervioso.

- Hippo, que sorpresa.

Él le sonrió.

- Hola, Mer. ¿Podemos hablar?

- Claro, Hippo. ¿Qué ocurre?

- Es sólo que tengo que decirte algo muy importante.

Mérida lo miró sin comprender.

- Me gustas, Mérida.- él reflexionó lo que había dicho y negó con la cabeza- No, no me gustas. Estoy enamorado de ti. 

¿Ya me olvidaste? (Historia corta Mericcup #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora