Lo que siento... Es ¿Amor?

Que bueno que viniste (2/2)

-Ma-¿mama? -dijo derramando lágrimas y cayendo de rodillas.

- si mi amor soy yo.

- ¿Como estas mamá? ¿Como esta mi abuelo? ¿En donde están? - secándose las lágrimas.

- si estamos bien y nos encontramos en Lima, Perú.

-¿Perú? Creo que si escuche ese nombre de país... Se encuentra en América ¿verdad?

- Si así es, y ¿Como estas tú y Sota?

- Estamos bien.-se sentó en su cama.

- Que bueno mi amor y cuenta me ya haz echo amigos.-dijo con curiosidad.

- Si pero... Hay uno que me esta preocupando mucho hoy día a estado muy extraño y no nos quiere decir porque...

- Bueno...a veces las personas guardan secretos para proteger a los demás.

- uumm tienes razón...

...

- Me engañaste maldito.-dijo furioso.

- Así parece... Y dime...ahora que vas a hacer, matarlos, dejarlos en coma o despedazarlos...-se paro de su asiento yendo hacia donde estaba Inuyasha.-tu decides...-saco su arma y la puso al frente de Inuyasha.-te doy 10 segundos...

- uno, dos...

-eres un...maldito...

- cuatro, cinco...

- Te equivocas... Soy un maldito desgraciado.-puso el arma en la frente de Inuyasha.

_ Que hago, no puedo hacerles daño a esas personas, seguro que están siendo poseídos por Takeshi... _ pensó Inuyasha.

- siete, ocho...

- El tiempo corre Inu-

-¡Inuyasha! -rompió la ventana y de un gran salto le mando una patada a Takeshi en la cara y dejándolo noqueado.

- Tú.-los hombres lo apuntaron con sus armas.

- No se acerquen. -saco una pistola y los apunto.

- Por favor, nosotros somos tres y ¿crees que nos vas a ganar?.-dijo uno de los hombres.

- Ustedes lo pidieron. - se desvaneció repentinamente.

- a ¿Donde se fue? -pregunto uno de los hombres.

- ¡Ah! -les mando una patada a los tres por su espalda y quedaron desmayados. - ....Inuyasha ¿estas bien? -dijo acercándose a al nombrado.

- Gracias Miroku me salvaste de una grande.

- No hay de que, ya suponía que algo así iba a pasar.

- un momento ¿Como supiste que esta era la habitación en donde estaba?

- Ah no te preocupes por eso, mejor vámonos.- dijo saltando por la ventana.

- Aay Miroku me estuviste siguiendo ¡verdad! -y también salto por la ventana siguiendo a Miroku.

...

- ¡Son unos inútiles!

- Lo lamentamos señor. -dijeron los tres mientras se arrodillaban ante él.

- ¡Como permitieron que se escaparan!

- Pero señor vino un joven que-

- Pero... Dijiste pero...