Capítulo 3

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Cuando todos llegaron donde se encontraba aquella presencia maligna, se sorprendieron al ver a una Inu yōkai de cabellos plateados parada frente a ellos.

— Hola chicos. – saludo la extraña yōkai, todos los presentes estaban confundidos pues esa voz la conocían.

— Ka-Kagome... ¿eres tú? –habló temerosa la castaña y con miedo a equivocarse.

— Sango claro que soy yo, ¿por qué me ven de esa manera? –ahora era ella la confundida.

— Amiga, ¿que fue la que te paso? - ahora estaba más preocupada ya que su amiga ya no era humana.

— Solo recuerdo que me desmaye y cuando desperté tenia esta apariencia.

Fue entonces que una voz chillona salió de detrás de la castaña—Mamita.- lloraba el pequeño Shippo al ver a su madre adoptiva transformada.

Kagome lo tranquilizo con un dulce abrazo, pero ni el monje ni el hanyō seguían sin entender nada, pero el monje aparte de sentir su energía maligna también sintió su antiguo poder, asi que, no era una simple Inu yōkai tal vez sea algo nuevo una Miko Inu yōkai.

Por otro lado el hanyō no le quitaba la mirada a la nueva Kagome, antes pensaba que era bonita, pero ahora que era una Inu y por ende su cuerpo había cambiado dándole aire de mujer, "pero que mujer" pensaba.

El pelo plateado mayor había observado todo desde una distancia considerable, ya que no quería que se dieran cuenta de su presencia, pero él al igual que el hanyō se había quedado sorprendido por la nueva apariencia de la Miko.

Así no habrá impedimento para marcarla.- la vestía estaba con el rabo levantado y agitándolo feliz.

Aun no es el momento Yako – con esto terminó la plática con su bestia interna.

Sesshomaru se retiró del lugar triunfante ya que ahora no habría impedimento alguno en fijarse en ella.

— ¿Inuyasha? - Kagome agitaba su mano para hacer que cierto hanyō que estaba babeando saliera de su transe.

—Linda. - fue lo único que salió de los labios del pelo plateado haciendo enojar a Kagome.

— ¡Abajo! –grito a todo pulmón la yōkai haciendo que Inuyasha besara el suelo y saliera de su trance.

— ¡Kagome!

—Chicos yo no regresare con ustedes. —Nadie cabía en el asombro por las palabras dichas por su amiga—: tengo que buscar alguien que me entrene.

— Kagome ¿Es necesario eso? - pregunto Sango.

— Si necesito que alguien me enseñe a utilizar estos nuevos poderes.

— Si es asi deberías buscar a Lady Irasue ella es la ultima Inu-Yōkai que queda en la tierra.

— Gracias Sango. - se abrazaron todos como despedida y Kagome emprendió el camino buscando a aquella legendaria yōkai.

En su trayecto Kagome comenzó a notar que su visión era más aguda y que podia percibir más sonidos que antes, era como si le hubieran quitado un algodón de los oídos; también noto que su sentido del olfato era mucho más agudo y este era el que más problemas le causaban a la pobre.

Después de varias horas de caminar Kagome decide tomar un descanso cerca de un rio, con el que se había topado. Se acerco a tomar un sorbo de agua pero se detiene al sentir una presencia maligna.

"Supongo que mis poderes de Miko aun funcionan, gracias a Kami."

Kagome espero a que aquel demonio llegara y la atacara, pero para su asombro deja de sentir su presencia por lo que decide continuar con su camino hacia la aldea más cercana y descansar.

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⏰ Última actualización: Feb 11, 2016 ⏰

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La maldición de Magatsuhi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora