Amor más allá de la memoria ||| NONPS2.

Capítulo 2: Indicios del pasado.

AVISO IMPORTANTE ANTES DE QUE LEAN: Me voy a ir de vacaciones mañana y voy a volver más o menos por el 20 de Febrero, así que hasta esa fecha no voy a volver a actualizar ni esta novela ni Por siempre Mía (Si no la leyeron todavía léanla, spam jajaja) A la vuelta ya me voy a poner al día y voy a subir capítulos más seguido. :)

Narrado por Audrey:

En esos años no dejaron de sobrarme indicios que indicaban que mis padres me mentían todo el tiempo. Lo peor que llegué a escuchar fue una charla telefónica que me sembró dudas imposibles de explicar. Como si fuera poco justo ese día se cumplían dos años desde que se estrelló el avión, es decir dos años encarnando una nueva vida, dos años del milagro de haber sobrevivido, dos años sin memoria y soportando un vacío enorme en el pecho que jamás se alejaba.

—¡Ya te lo dije! —exclamó mi padre furioso—. Si preguntan por ella decís que está muerta. ¿Tan difícil es? —bufó y me llevé una mano al corazón para comprobar si el mismo seguía latiendo. Sus palabras me dejaron azorada por completo: ¿Estaría hablando de mí? ¿A quién le quería hacer creer que me encontraba muerta? ¿Qué persona de mi pasado no podía volver a tener contacto conmigo? El tan sólo hecho de plantearme esas preguntas me paralizaba el cuerpo por lo tanto decidí dar la media vuelta y olvidarme de sus palabras. Quizás ni siquiera hablaba de mi y yo me estaba haciendo la cabeza.

Viví en lo de Zoe durante todo mi embarazo por lo cual los últimos meses los atravesé muy contenida, entusiasmada y hasta feliz. Cada día que pasaba me daban más ganar de tener ya mismo a Allegra en mis brazos, de besarla, de abrazarla y de no separarme de ella jamás.

Con Dylan las cosas fueron muy fáciles, él me quería, me cuidaba y me contenía pero en el fondo sabía que yo tenía un montón de dudas en la cabeza así que se esforzaba por no generarme aún más. También sabía que yo no lo amaba, por lo tanto su trato para conmigo era algo distante. Realmente no tengo nada que juzgarle porque siempre se portó super bien y jamás generó problemas, cumplía con su rol de acompañarme y su presencia significaba mucho para mí.

Cuando Alle nació no me quedó otra que regresar a mi hogar. De todas formas eso no fue un problema ya que mis padres vivían viajando y no estaban casi nunca en la casa. Como sobraba espacio en el hogar y no querían que Dylan y yo nos quedásemos solos mis abuelos se mudaron con ambos, con el tiempo también se mudó Zoe y ese fue un enorme motivo de felicidad para mi.

Allegra era la luz de mi vida, llenó todos los espacios vacíos que había en ella. Aprendía cada día a ser madre y era algo que amaba y disfrutaba. Podía pasar horas y horas a su lado, viéndola dormir, jugar o simplemente existir. Cuando flaqueaba la miraba y eso era suficiente para armarme de fuerzas y salir adelante.

Al principio, cuando ese día en el hospital me dijeron que estaba embarazada, creí que era la peor noticia de la vida. Con el tiempo entendí que fue lo mejor que pudo haber pasado, ya que sin Allegra yo no hubiese podido seguir viviendo porque simplemente no hubiera tenido motivos. Ella sin embargo era mi motor, era mi felicidad, era la razón por la que había que seguir luchando contra la memoria y esa vida de mentira que llevaba.

Alle era la nena mimada de la casa y hasta a papá le había ablandado un poco el corazón. Allegra significa alegría y era justamente eso lo que ella repartía por todas partes, pura alegría, puro amor y pura paz. Era inteligente, linda, buena y una santa. Muy coqueta, se parecía a mi en cuanto a la personalidad, siempre me imitaba, usaba mis tacos, agarraba micrófonos y cantaba, se pintaba las uñas, toda una señorita en el cuerpo de una nena; la nena más linda del mundo y que llenaba de orgullo mi corazón.

Dylan era un amor con ella y la adoraba. Por suerte un día tuvimos una charla muy conmovedora entre los dos, yo creo que esa fue la charla que acabó por marcar mi vida. Aunque dolió también me sirvió, no sólo cambió mi vida sino que también la de Allegra. Cuando Dylan y yo tuvimos esa famosa charla ella recién tenía un año, así que en el futuro le podría explicar como eran las cosas y no hacerle ilusiones o fingir que alguien cumplía un rol que en realidad no era suyo.