Toma 2: Objetos Perdidos.

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Algún lugar del mundo,

Oficinas P&F.

10 de Septiembre de 2013.

7:23 p.m.


A la mierda.

Que lo matara Liam si era necesario, pero Louis se iría temprano hoy.

Mientras ordenaba algunos papeles, Louis se frotaba su adolo— oh, vamos. Ya sabemos lo que pasa aquí.

¿Recuerdan a Karen? ¿La asistente de Louis? Bueno, justo ahora está hablando con su compañero quién le pide que le ayude a llevar unas cosas al almacén...

—Claro, David. Pero solo dame un segundo, quiero hablar con mi jefe primero.

—Oh, ¿sobre tu gran noche?

Karen respondió con una pequeña risa mientras se alejaba a paso rápido. —¡Deséame suerte! ¡Vendré pronto a ayudarte!

Y empieza la toma dos.

Louis apenas si logro cruzar las puertas de su oficina cuándo Karen se paró justo en frente de él, sin siquiera notar que tenía todas sus cosas listo para irse.

—Señor Tomlinson, ¿puedo hablar con usted?

—Oh, pues justo ahora yo...

—Señor, por favor, es importante.

Louis vio a lo lejos como un chico se metía en el elevador y este se cerraba tras de él. Suspiro pesadamente. —Adelante, Karen. Te escucho.

—Bueno, sólo le quería pedir que si me dejaba salir temprano hoy. Es que tengo una cena con mi novio y dice que tiene algo que decirme y yo...

—Karen —interrumpió—, si me hubieras dejado terminar te hubiera dicho que voy de salida. Y cuándo yo me voy también tú lo haces.

Las mejillas de la chica se tornaron del mismo tono rojo que su cabello, lo que era un poco gracioso para Louis. —Lo lamento, señor.

—No tienes que disculparte. Me voy, suerte esta noche.

Un poco más cansado a cada minuto, caminó hacia el ascensor y lo llamó, esperando paciente a que volviera a subir desde el vestíbulo.

Había sido un largo día.


Algún lugar del mundo,

Oficinas P&F.

11 de Septiembre de 2013.

11:16 a.m.


Louis buscaba por todo el desastre que era su escritorio tratando de no perder la paciencia. Cuando notó la ausencia de su reloj esa mañana rezó para que lo hubiera dejado aquí. Al parecer se equivocó.

Escuchó como llamaban a su puerta. —Pase.

El usual sonido de los tacones de su asistente, muy conocido para Louis, se acercaba más y más. —Señor Tomlinson, solo vengo a decirle que hoy no tiene programada ninguna junta. Solo tiene que hacer papeleo y unos balances. Y el Señor Payne quiere verlo en su oficina más tarde.

Pasó por alto la voz cortada de Karen mientras asentía y seguía buscando por los cajones de su escritorio. —De acuerdo. Oye, Karen, ¿viste mi reloj? El plateado que siempre llevo. No es de mucho valor, pero era de mi abuelo.

—No señor, lo lamento. Pero si el empleado nocturno lo encontró debe estar en objetos perdidos.

—Objetos perdidos, claro. ¿Puedes...? —Luis no pudo completar su frase al levantar su vista y encontrarse con una Karen un poco despeinada —teniendo en cuenta que siempre estaba peinada sin un pelo fuera de su lugar—, con los ojos hinchados y rojos y el no tan perfecto maquillaje que solía usar.

Oh, pobre Karen. Tan ilusionada estaba hace horas mientras se ponía su mejor vestido y puso tanto empeño en su cabello. Lástima que su novio decidió terminarle aquella fatídica noche.

Siempre hay algo malo en lo bueno.

Louis quería pedirle que ella fuera a objetos perdidos, pero al verla en este estado...no podía ser capaz. —Está bien, Karen. Entonces bajaré a objetos perdidos. —Tomó su saco y se lo puso con cuidado, siendo ya un hábito en él—. Y, como tú dijiste, no tengo mucho que hacer hoy. Te doy el día libre si así lo quieres.

La chica, aún con la piel reseca, sonrió un poco. —Gracias, señor.

Ambos salían al mismo tiempo, Karen con dirección a su escritorio para recoger sus cosas y Louis hacia el elevador. Cuando bajó al piso correcto, se registró en el libro y el guardia le dio permiso de pasar.

En la habitación podía no haber muchas cosas, pero sí había mucho desorden. Louis se fue directamente hacia los estantes de atrás, queriendo empezar así su búsqueda. Trataba a ese reloj con mucho cariño, así que era demasiado brillante como para no verse entre objetos viejos y percudidos.

Estante por estante, viendo todo cuidadosamente, hasta que al fin vio un destello brillante. Con un gran alivió, se dirigió hacia su reloj y por fin lo tomó, pero al mismo tiempo otra mano tomó la agenda que estaba a un lado de su reloj.

Levantó su vista y todo cobró sentido.

Sabemos quién era.

Sabemos qué pasó.

Después de todo, también hay algo bueno en lo malo.

Y todo se vuelve mejor toma a toma.

 ❝❞  

*Dedicaciones aquí*

Creo que no hay mucho que decir. Espero que les haya gustado, y les responderé sus comentarios tan pronto como pueda.

Así que...sip.

Un beso.

- Lights.

PD: Gracias a DrugBlue por la perfecta portada de esta fic. <3 Te amu.

Destino. || Larry Stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora