Caída.

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Realmente no recuerda como ni cuando llegó allí, pero aquello a Hyungwoon no le importaba mucho siquiera le había dado importancia demás, simplemente se pasaba el dia tocando el piano junto a un desconocido acompañante que siempre llevaba una máscara puesta con una túnica con capucha. Nunca hablabla, ni un sólo ruido, sólo solía dormir y pasear por sus alrededores, disfrutando de la música que el chico tocaba a todas horas.

Un día mientras Hyungwoon tocaba una de aquellas lentas pero hermosas canciones de piano, del techo, de aquella ventana que días atrás había descubierto en un punto tan alto como aquel, alguien calló, el extendió los brazos e intento atraparlo o al menos hacer que la caída no fuera tan bruta como para que aquel que caía se hiciera algún daño grabe. Ambos cayeron al suelo formando un gran estruendo pues la silla de madera del piano se cayó junto a ellos.

Cuando el más alto de aquellas dos personas se fijo mejor a quien tenía sobre el pudo ver a un chico, joven y que no paraba de llorar, parecía perdido, desorientado, pedía ayuda a gritos con sólo la mirada así que con cuidado se levantó junto a el y puso la silla bien para dejar que aquel intruso a su sotano se sentase y calmase.

Hyungwon no podía decir nada, no recordaba siquiera haber tenido voz en algún momento así que simplemente desde el suelo, cruzado de piernas, observó al muchacho que le miraba fijamente ya más calmado.

-¿D-Donde estoy?- Hyungwon se encogió de hombros ya que ni el lo sabía y ladeo su cabeza hacia un lado, el chico se estaba mordiendo los labios como si aquello fuera lo más normal en el, como una especie de mania.

-N-No me acuerdo de nada...

Comentó el chico de pelo castaño y piel blanca en un susurro, parecía estar forzando a su mente a recordar, pues de vez en cuando miraba con intensidad a un punto fijo y segundos después dejaba escapar un suspiro de derrota.

Al principio la relación entre Hyungwon y aquel chico era un poco distante y extraña, pero al tiempo, poco a poco, el más alto supo como comunicarse con el y aquello les facilitó las cosas.

Poco a poco se iban haciendo más y más cercanos, se pasaban los días jugando, viviendo aventuras en aquel enorme sótano parado en algún punto del mundo.

Un día eran guerreros que tenían que defender a una bella dama, otro día eran exploradores, otros días se los pasaban leyendo, a veces el chico de pelo castaño leía para Hyungwon, otras veces Hyungwon tocaba el piano para el chico de pelo castaño, creando así una fuerte unión que hizo a ambos olvidarse de todo lo sucedido como que uno habia caido del techo y el otro no podía hablar, sentir ni tener siquiera expresión alguna.

Con el tiempo, en uno de aquellos momentos en los que estaban sentados y el chico de pelo castaño le contaba un cuento junto a aquel viejo piano, Hyungwon pudo ver como un pequeño brote comenzó a aparecer de entre una brecha que había en la piedra del suelo.

Hyungwon corriendo cogió su libreta he hizo un aniñado dibujo donde explicaba el crecimiento del árbol y un chico trepando hasta arriba de aquel, dándole a entender que aquéllo podía ser la via de escapatoria para su mejor amigo, algo que al otro lo alegró mucho, pues realmente quería volver a su mundo, recordar, saber quien era.

El tiempo pasaba, ellos seguían viviendo sus historias inventadas, jugando, leyendo y tocando el piano. El árbol había crecido, pero ahora Hyungwon tenía miedo, ¿miedo? Aquello era extraño, el nunca había tenido sentimientos, siquiera supo reconocer aquello que caía de sus ojos al pensar en cómo su mejor amigo se marcharia de su lado.

Por otro lado, hubo unos días en los que Hyungwon no salió de su habitación, aquello preocupaba al chico de pelo castaño, pero las ansias por ser "libre" ver de nuevo su mundo del cual no se acordaba le pudieron, entonces ahí se encontraba, trepando el árbol, con miedo, estaba alto, demasiado alto.
Consiguió llegar a la cima, no lo podía creer, iba a ser libre, pero por primera vez, oyó una voz que gritaba con horror un "no" cosa que lo asustó y le hizo caer del árbol, golpeandose la cabeza cuando llegó al suelo.

Un Hyungwon asustado salió corriendo hacia el mientras lágrimas no paraban de caer, no quería perder a su amigo, no quería quedarse sólo con aquel ser al que nunca había visto la cara.

-¡Wonho!

Gritó de golpe, tenía voz, y si hubiera sido en otra situación hubiera tenido hasta tiempo para incluso asustarse de aquello que salía de su gargante, pero no era el momento, el ser de la máscara corrió hasta ellos cuando Hyungwon le llamó e hizo que le ayudará a cargar con el muchacho de pelo castaño hasta una de las habitaciones donde lo tumbó y espero a que se despertase.

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