Dream.

Adiós.

Habían pasado dias, días eternos para el alto muchacho en los que se dedicaba horas enteras sin dormir a tocar el piano esperando a que su querido y amado mejor amigo despertase.

Y así fue, un aturdido chico con la piel más blanca que antes y el pelo un tanto más largo, lo justo para tapar sus ojos, de lo que lo tenía cuando calló del techo apareció tras el.

-¿Hy-Hyungwon?

Sonó como roto, como si algo no cuadra en todo aquello, entonces el mencionado se giró y le miró por un segundo antes de reaccionar y levantarse corriendo del taburete, aferrandose al más bajo con fuerza.

-Pe...pensé q..que no..no...des...despertarias...

Sus labios temblaban, desde que grito el nombre de su acompañante no había vuelto a utilizar su voz, y aquella vez si, aquella vez si se le hizo extraño, pero todo pensamiento se esfumo de su cabeza al oír dos palabras, "he recordado..." y sintió como el vacío se hacia entre sus brazos, pues el chico mas bajo se había apartado.

-Tú...Yo...-Las lágrimas del chico comenzaron a brotar de sus ojos sin control.- E-estamos muertos Hyungwon, tuvimos un accidente de tráfico...-susurró cómo pudo, parecía que aquéllo realmente le dolía. Una mano se posó sobre su mejilla y Hyungwon, en shock lo miraba sin entender nada, entonces el chico se alzó un poco en la punta de sus pies y beso los labios del alto con suavidad. -Éramos pareja...Y...ahora...estamos muertos...

-No.

-¿Qué?

-Tienes que subir.

Hyungwon señaló la ventana que había en el techo y llamo a su compañero enmascarado.

¿Si estaba en el mundo de los muertos la magia podía existir?

Se preguntaba una y otra vez Hyungwon mientras caminaba de un lado a otro pensando junto a su acompañante como podían hacer que su mejor amig...Digo pareja, subiera de nuevo al mundo real.

Descubrió una especie de peldaño y tocando por encima algunas baldosas aquel comenzó a ascender.

El chico de pelo castaño miraba desconcertado desde el piano aquella acción, pero tardo pocos segundos, pues enseguida el alto de ambos lo arrastró hasta aquel peldaño y con ayuda del ser enmascarado le ayudaron a subir a aquel antes de que estuviera más alto.

Descendía lento, no a paso de tortuga, pero si lento, y aquello a ambos le estaba torturando, asi que Hyungwon sin siquiera decirle un simple adios corrio al piano y se sento bien, una dulce canción comenzó a sonar, y el chico de pelo castaño, desde aquel peldaño que ascendía pudo observar como poco a poco su amado se iba desvaneciendo, mientras que el ser enmascarado se quitaba la capucha y la máscara, dejando ver a una exacta copia de si mismo, que al igual que Hyungwon, se estaba desvaneciendo.

¿Cuánto tiempo había pasado?
No lo sabia bien, pero todo se había vuelto negro, completamente negro hasta que pequeñas imágenes comenzaron a pasearse por la oscura nada.

Besos.
Risas.
Llantos.
Alegría y felicidad.

Y de golpe un frenazo, un ruido horrible y la imagen de dos coches estrellados.

Aquello a Wonho le hizo despertar de golpe y encontrarse con un blanco techo.

Sus ojos se llenaron de lágrimas y se levantó cojeando de la camilla en la que se encontraba para mirar por la ventana.

Una fuerte y molesta luz dio en sus ojos he hizo que los cerrase con fuerza.

Estaba en un hospital...estaba vivo...¿Y Hyungwon?

Corrió por el pasillo de aquel blanco sitio, buscando con desesperación por todas las habitaciones a su novio, gritaba y suplicaba que alguien le dijera donde estaba su Hyungwon, su menor, quería verle, saber que estaba vivo, que estaba bien, que volverían a casa cuando las heridas de ambos estuvieran curadas.

Pero entonces dos enfermeras le retuvieron, mientras otro enfermero lo arrastraba de vuelta a la habitación.

-Lo siento, el no tuvo la suerte que usted, tristemente murió en el accidente, lo único reconfortante que puedo decirle es que fue en el acto y no sufrió...

La enfermera miraba con compasión a Wonho, que estaba sentado en la camilla abrazado a las piernas mientras lloraba desconsoladamente.

Se negaba, su novio estaba vivo, claro que si, y simplemente una suave risa salió de sus labios, el lo veía, él estaba ahí, a su lado, para cuidar siempre de su novio...