Capítulo 3

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Mientras Fernanda, la profesora escribe unos verbos en la pizarra yo me dedico a escribir en las hojas finales de mi cuaderno la teoría que Franco me hizo saber.

Sentía un poco de falta de respeto llamarle Franco ya que era una persona mayor que yo y me habían educado hablándole de usted a los mayores.

Quizá si lo llamaba Don Franco hasta le gustaba ya que a fin de cuentas como Amo tenia que respetarlo ¿no?.

Las letras me salen un tanto ilegibles pero siento que me hace bien sacarlo de mi sistema aunque sea para leerla solo yo.

Comienzo con;

BDSM... Bondage Disciplina Dominación Sadismo Masoquismo.

—Para mi mas bien es solo un gusto en particular —Dijo él— Muchos lo llaman un estilo de vida.

Ahora bien las relaciones de D/S se conocen en general con las siglas BDSM. En esta relación existen dos personas, el dominante o algunos le llaman Amo y el sumiso o esclavo.

¿Sabes que significan? —Preguntó.

Negando leí como era el embrollo. Tenía una leve idea pero no esta de más aprender.

El dominante como su nombre lo indica lleva el control de la persona sumisa.

¿No hay mucha diferencia entre sumiso y esclavo?

Mira técnicamente el esclavo esta a tu disposición 24/7 es decir las 24 horas los 7 días de la semana... Y el sumiso solo en sesión. La persona sumisa se somete a la dominante. El sumiso se somete en sesión o de forma ya pactada; Una sesión es un lapso de tiempo en el que el sumiso acepta seguir los lineamientos del dominante y someterse a el en tres aspectos como generales:

+Dominación sexual; La sexual pues obviamente incluye prácticas sexuales a disposición de tu dominante... Sadismo como spank, flogger etc.

+Dominación mental; La mental incluye humillación verbal, el penetrar la mente y que te sientas perteneciente a tu dominante.

+Dominación física; La dominación física como su nombre lo indica incluye todo lo corporal, humillación como estar de rodillas o servir de mueble.

¿Como es un Sugar Daddy?Pregunté.

En líneas generales, un hombre maduro y económicamente solvente que se desenvuelve con facilidad en cualquier espacio. Le gusta estar con chicas jóvenes, pero es lo suficientemente realista como para saber que ninguna muchacha se acercará a él sin un interés de por medio, así que está dispuesto a pagar por su compañía de una manera "decorosa". Es decir, no le da una cantidad de dinero, sino que le compra ropa, regalos. Eso ya depende del acuerdo y lo que esté dispuesta a dar la Sugar Baby.

 Suena simple y, según los involucrados, también justo. No hay ganador ni perdedor. No hay explotador ni explotado. Él solo exige que ella esté disponible cuando sea requerida. A ella tampoco le importa mucho lo que él haga con su vida (si es casado o soltero), mientras sea tratada como una reina. No es exactamente una relación, sino una suerte de intercambio de favores.

En lo que respecta a la diferencia de edades, el Sugar Daddy no tiene añoranzas del pasado y aún posee fuerzas para seguir el ritmo de su pareja, si llega a existir sexo entre ellos. Aunque, según aseguran muchas de las muchachas en cuestión –llamadas Sugar Babies–, a veces todo ha sido platónico y el resultado fue igual de satisfactorio.

Ruidos y murmullos me sacan de mis apuntes, todos al rededor están guardando sus cosas y yo sigo en la vida perdida. Inhalo fuerte mientras cierro el cuaderno y guardo mis plumas, una clase tirada a la basura.

¿Estas bien Vanessa? Pregunta Fernanda.

—Si ¿Por? —Me encojo de hombros.

—Te note muy distraída.

—No pasa nada, nos vemos luego. —Corro fuera del salón.

Tenía que salir de ahí pero a la vez no quería. 

Un mensaje llega a mi móvil, trago saliva antes de abrirlo al ver su nombre en el remitente; Franco.

Franco: Estoy llegando.

¡Mierda! Que malditos nervios me dieron de última hora.

Al poner un pie en la calle un auto se paro al frente, no necesitaba que bajara el vidrio y lo viera para saber que era él.

Por alguna razón me subo a su carro sin desconfianza, el nervio no me deja pero no siento que sea una trampa de algún asesino violador que me haya contactado por facebook, ahora se siente real.

Lo miro un poco antes de saludar. Me quedo muda.

Imagine todo menos lo que tenía enfrente, malditos libros que crean expectativas en nuestras cabezas, yo llegando a creer que vendría por mi un maldito Dios Griego y que golpe a la realidad.

Soy joven, si no un super guapo esperaba un tipo buenote y maduro tipo Richard Gere. Este tío  no está ni tantito guapo.

—Iremos a un motel ¿Te parece?—Preguntó—No está lejos.

Pareciera que el ratón me comió la lengua. Asentí solamente.

No hubieron saludos, ni cordialidades.

En el carro sonaba solamente el sonido del motor, con el rabillo del ojo estudie un poco sus movimientos. Secos y pausados. Se veía de mayor edad a la que me dijo.

Empezó a hablar, ya me sentía un tanto desesperada. Dijo que no estaba lejos y todavía no veía para donde íbamos, temo un poco que no haya pensado bien y sea un fiasco.

—¿Como te sientes? No te preocupes, iremos con calma.

Su voz no me tranquiliza, desearía que fuera seductora para poder cerrar los ojos y pensar que estoy con alguien menos feo.

¿Tendría el valor para rechazarlo ahora?  

Por fín detiene el auto en un motel que había visto de paso algunas veces a las afueras de la ciudad.

—Vamos — Pidió.

Me sentía un poco pequeña e indefensa a su lado. Estaba ahí por mi propia voluntad a pesar de todo.

Pidió la habitación y nerviosa lo seguí.

—Trabajaremos en cosas simples, no te quiebres la cabeza.—Habló— Posturas de sumisa comunes.

—Okey— Murmuré.

—Será poca humillación y dominación como tal.

Las dudas me abrazaron con fuerza. No dude de querer hacer las cosas si no de la persona con quien las hacia.    

En fin, ya estaba aquí. Inhalo y exhalo poniendo en mi cabeza la firme idea de dejarme llevar, aún contra mis ganas de mandarlo a la jodida y salir huyendo. 

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Gracias a las personas que leen esta historia. Me encantaría leer en comentarios como es que les parece.

Mi dulce AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora