Para hacer un trato monetario con Franco, que significaría que tenemos un compromiso que cumplir el uno con el otro comencé pidiéndole que me costeara un curso para clases de Francés.
Tenia tiempo queriendo acudir pero eran un poco costosos ya que los profesores los avalaban oficialmente para que constara el idioma en un currículum o alguna otra situación.
La primera vez que nos escribimos, mientras cruzabamos palabras pareciera que era un amigo cualquiera. No me llegó la sombra de el que seria mi verdugo.
Cuando me llegó la solicitud por referencia de Raquel ya sabia yo quien era él así que no dude en saludar, digo... La cortesía ante todo.
Vane: ¡Hola!
Franco: Hola gracias por aceptarme ¿como te va? ¿que tal el frío?
Vane: Muy bien... Riquisimos los días, así, me encanta el frío.
Franco: Si son ricos... ¿Donde andas?
Vane: En casa, ayudando con la comida.
Franco: Vaya, que bueno que me dices para llegar a comer.
Vane: Claro, cuando quieras.
Recé mentalmente porque no se lo tomara en serio ya que si tenia dinero para mantener sus gustos sexuales bien se podría dejar caer por mi casa.
Franco: Pues mucha plática y no sabes nada de mi. Me presento, soy Franco. Contador de profesión.
Vane: Mucho gusto, Vanessa. Estudio hoteleria.
Franco: ¿Cuantos años tienes? Vi tu perfil en el grupo de BDSM.
Vane: Tengo Diecinueve. Recién entre gracias a una amiga.
Franco: Eres joven, vi que te gusta en spank.
Vane: Soy nueva en todo esto, completamente pero es algo que me atrae bastante.
Franco: Bueno y ¿Que es en si lo que te atrae? Me gustaría enseñarte.
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Mi dulce Amo
RomanceNo sólo soy una chica de 19 años. Mi historia no es de amor a primera vista y romances de juventud. En mi mundo no hay cupido. Mi mundo está más allá de eso, en mi entorno estoy de rodillas y un látigo frío acaricia mi piel caliente.