Capitulo 20: ¿Periodo?

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Capitulo 20: ¿Periodo?



-          ¿Hola? – Dijo una voz al otro lado de la línea. Me invadió una enorme emoción. Era su voz. La voz de la persona de la que estaba enamorada.

-          Ho-hola – Tartamudee nerviosa.

-          ¿Mel? – Preguntó James.

-          Si...- Empiezo pero de repente escucho el tono que anuncia que la llamada ha terminado.

¡¿Qué?! No entiendo nada. Solo sé que en ese instante me siento mal. Como un niño al que le regalan un helado, y solo alcanza a darle una pequeña probada antes de que se lo arrebaten de las manos. Del enojo golpeo el teléfono (contra la misma base de este). Veo que mis amigos se acercan a mí.

-          ¿Qué pasó? – Pregunta Connor al abrir la puerta.

-          No...no se – Contesto aun confundida – A penas alcancé a decirle "Hola". No sé si se cortó la llamada o...O me colgó – Digo con lágrimas en los ojos. Estaba enojada, frustrada.

-          Bien Mel, cálmate, tienes que pensar en positivo – Me dice All – No sabes que pasó. Así que solo vuelve a intentarlo.

-          Okay – Digo respirando hondo, cierro de nuevo la puerta de la cabina y...entonces miro la hora. "No es cierto" pienso – Hoy no podré hablar con él...- Comento mientras salgo.

-          ¡Madre mía! – Exclama All – Tu mamá llega en cinco minutos.

-          Lo intentaremos mañana. Ahora ¡corre! – Dice Connor mirándome. All y yo corremos hacia el lugar en donde Charlie ha aparcado el carro. Nos subimos a toda velocidad.

-          ¡Charlie! ¡Vamos a casa! ¡Lo más rápido que puedas! – Exclama All y el auto arranca.

***

Suspiro mientras espero mi turno en la fila de la almuerzo. Es Jueves, el único día en el que no tengo clase con Connor antes del receso, así que estoy sola. No paro de pensar en James.

-          Hola, querida – Me saluda Rose sonriente - ¿Doble ración de postre? – Pregunta, supongo que ya se dio cuenta de que no estoy de humor.

-          Por favor – Contesto agradecida. Mientras ella me sirve la pasta que hay de almuerzo pienso en James. Mientras sirve el postre pienso en James. Mientras sirve la segunda ración pienso en James. Y mientras camino hacia la mesa en donde me siento con mis amigos pienso en James. No paro de pensar en James. De repente me tropiezo con algo y caigo de cara, tengo una mejilla y parte de la nariz llenas de salsa, pero se podría camuflar con el color de mi cara, que en ese instante arde de vergüenza.

Los que están en la mesa de al lado se ríen y entonces me doy cuenta de que alguien me ha hecho zancadilla. Si, en todos lados hay una persona a la que le gusta arruinarte la vida, y yo acabo de encontrarla. La había visto en clase, una niña fresa, de esas que con solo escucharlas te entran ganas a de ahogarlas en clorox. Su cabello era rubio, muy claro, súper delgada, pero estaba bastante más desarrollada que el resto (en resumen, tiene muchas bubis), y de ojos marrones. Era muy popular y encima hacia parte de la liga menor de las animadoras de la escuela. 

-           ¡Uy! Sorry, linda. No me he fijado – Dice falsamente. Le lanzo una mala mirada. – Es que, ósea, eres como un cero a la izquierda, estas ahí, pero no sirves de nada.

-          Prefiero ser un cero, a ser una falsa, plástica y hueca, cariño – Digo poniéndome de pie con toda la dignidad que me queda. Entonces recuerdo como se llama: Raquel. Me mira indignada.

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