Capítulo I

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-Oops, hora de irnos- dijo Christian acomodando su pantalón.

El sonido de las campanas anunciando la siguiente misa había interrumpido nuestro encuentro. Arregló su cinturón, abrochó los botones de la parte baja de su sotana y avanzó alejándose por el oscuro pasillo que llevaba de vuelta a la sacristía, Dios como amaba ver su sotana bailar entre sus piernas al caminar, su silueta se hizo cada vez más pequeña hasta que desapareció totalmente. Abroché mi brassier blanco y me puse mi top morado que uso para disimular un poco mis voluptuosas boobs, me puse mi blusa que ya es típica los domingos, salí al pasillo siguiendo el mismo camino que el causante del sudor de mi cuerpo había recorrido minutos antes. Avancé lentamente tratando de recordar como fue que él llegó a mi vida, aquel que me hacía estremecer de placer, aquel que me elevaba al firmamento cada vez que me tocaba así...

*Flasback*

-¡¡¡A misa todos!!!- gritó mi papá.

-Ya vamos- respondió mamá mientras se daba el último retoque de labial.

Salimos de casa y caminamos algunas cuadras hasta llegar a una iglesia grande a la que a mi papá quería hacernos empezar a asistir, entramos y nos sentamos en una de las bancas de adelante, entonces lo vi, no sé si era por el lugar pero sentí que era un ángel lo que estaba ante mis ojos. Caminaba despreocupado por el presbiterio acomodando objetos en una pequeña mesa cercana al altar, yo miraba atentamente cada uno de sus movimientos, era alto, delgado, tenía ojos color café claro adornados por una hilera de preciosas pestañas, sus labios rosados eran una provocadora invitación a ser besados.

-...y del Espíritu Santo, Amén.- La finalización del rosario interrumpió mis pensamientos.

-Por Dios Mía estás en una iglesia- pensé mientras volvía a la realidad. La misa inició y volví a verlo, llevaba una especie de brasa sostenida por largas cadenas que expedía humo con un agradable aroma, observaba su caminar mientras la ceremonia seguía, usaba una sotana negra cubierta por una especie de ropón color blanco que llegaba un poco más abajo de sus rodillas. ¿Juan?, ¿Santiago?, ¿Christian?, ¿Pedro?, ¿Cuál será su nombre?, siempre he sido una ferviente devota católica pero esta vez me era imposible estar concentrada en los cantos y responsorios típicos de una misa dominical, aquel joven que ayudaba al cura era quien tenía mis sentidos totalmente envueltos en su hermosura casi divina.

El tiempo pasaba y mi ánimo por asistir cada semana a misa incrementaba, era la única oportunidad que tenía para verlo, aunque sea de lejos admiraba su hermosura al verle modelar por toda la iglesia, era mi amor platónico y así seguiría siendo pues, se nota que es mucho mayor a mis 13 años, aparentaba tener entre 18 y 22 años más o menos. Algo pasaba dentro de mi cada vez que estaba cerca, me preguntaba si alguna vez había pensado en mi, si le había parecido linda, mil dudas invadían mi mente, Dios ¿por qué no podía sacarlo de mi mente?. Pensé en una manera de acercarme a él, así que le dije a mi papá que yo quería ser monaguillo y el accedió a hablar con la persona pertinente.

-Buenas noches, mi nombre es Christian- saludó - soy el coordinador del Ministerio Litúrgico de aquí, ¿en qué les puedo ayudar?

-Por todos los Santos del cielo- dije en mi mente, era él, Dios estaba paralizada, no sabía que decir por lo que opté por dejar que mi padre hablara.

-Mucho gusto, mi hija desea ser monaguillo, qusiera saber que requisitos debe cumplir- le respondió papá.

-Pues que gusto, bienvenida a la barca- exclamó extendiendo la mano hacia mi hermana menor, Ciara, quien lo miró confundida.

-No, ella no, mi otra hija- rió papá.

Volteó hacia mi y me miró directo a los ojos, sentí un sismo bajo mis pies, mi respiración acelerarse, mi corazón a punto de un infarto, ay de mi boca no salía palabra alguna.

-Lo siento, ¿cómo te llamas? ¿cuántos años tienes?- dijo rompiendo el silencio incómodo que se había creado.

-Mi nombre es Mía, tengo 13- logré articular con torpeza.

-¡Wow!- exclamó sorprendido -¿enserio tienes 13? Aparentas más.

Ush como odiaba cuando las personas decían eso, se justificaban en que era por mi estatura, pero obvio lo pensaban por mi cuerpo que estaba muy bien formado para mi edad, era chocante pero, por alguna razón esta vez no me molestaba.

-Pues sí - repliqué tímidamente -¿y tú?- se me ocurrió preguntar, obviamente debía de ser mucho mayor si era el coordinador, esperaba la decepcionante respuesta que acabaría con toda esperanza de que se fijara en mi.

-Yo tengo 15- dijo con una encantadora sonrisa que me hizo temblar.

Ahora los sorprendidos eramos nosotros, ¿cómo que tenía solo 15 años?, su respuesta me dejó atónita pero a la vez me alegró mucho, no era tan mayor para mi, no planeaba igual tener nunca nada con él, pero el saber que estaba dentro del rango admisible me resultaba reconfortante.

Seguimos hablando de temas irrelevantes y casuales entre personas que acaban de conocerse por aproximadamente 10 minutos y se despidió con un beso en mi mejilla que me dejó perpleja por algunos segundos.

Había sido el mejor día de mi vida, al fin pude verle de cerca, hablar con él, oh por Dios me sentía la niña más dichosa del mundo. Fue así como conocí al ser que me provocaba al punto de dejarme llevar por mis más bajos instintos y cometer los pecados más divertidos de mi vida, y de una manera tan satisfactoria que hasta resultaba difícil considerarlos algo negativo.

*Fin flashback*

Entré por la puerta de sacristía esperando que los demás no notasen lo ruborizada que estaba a causa de lo que Christian y yo habíamos hecho escasos minutos atrás, él daba instrucciones para la celebración a los demás, como era su deber, de la manera más natural sin siquiera levantar la más mínima sospecha de nuestro corto, pero intenso encuentro sexual.

Me puse mi sotana que era de color rojo, a diferencia de la de él que era negra, y proseguí a cumplir mi función ahí, tratando de que el recuerdo de lo sucedido y la excitación que aún estaba presente en mi, no fuesen más fuertes que mi concentración.



Bueno mi amor, creo que es suficiente para el primer capítulo jaja, espero te guste lo que hay hasta ahora y si no, lo puedo cambiar ;). Recuerda que no es nada más que una historia, nada de eso ha pasado aún so no te emociones jajaja. Te amo!!

Mea Máxima CulpaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora