La despedida

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No teníamos ni idea de quienes eran los dos chicos que se irían pero yo sabía que no los volvería a ver, a no ser que fuera a esa tal Ciudad Prohibida. Era la hora de las clases, pero yo aún seguía en mi habitación no me apetecía asistir a ellas, había pasado ya un mes después de todo lo ocurrido y aún nadie se había ido, al día siguiente sería mi cumpleaños y me sentía nerviosa por ello, no había ningún problema en hacer 16, eso significaba perder salir sola del orfanato durante más tiempo y tener más libertad, incluso podría ir a un instituto ya que las clases las dábamos allí, pero yo podría ser una de esas dos personas que irían a la Ciudad Prohibida.
Todo seguía de forma anormal, los días nublados, la gente seria... Pero mis amigos no tenían ninguna preocupación acerca de ello, de todas maneras yo había dejado el tema.
Decidí saltarme las clases por ese día e ir a dar un paseo, me puso unos vaqueros, unas deportivas y una sudadera y baje las escaleras, una vez abajo estaba mi amigo el portero, todos le llamábamos tío Gilbert y le teníamos un especial cariño.
-Buenos días tío Gilbert- le sonreí
- ¿Que tal Emily? Otro día que no vas a clases por lo que veo.
-Veras... No tengo muchas ganas.
-Te lo dejaré pasar hoy por tu cumpleaños, anda vete.
-Gracias- Él era de los pocos que recordaban mi cumpleaños.
Salí fuera, no hacía frío pero estaba nublado, fui a dar un paseo hasta llegar a un parque no muy lejos del orfanato, siempre iba allí cuando necesitaba pensar, fue el lugar donde me encontraron abandonada.
Mientras pensaba escuché la misma voz de uno de esos hombres que había escuchado pasado un mes. Pude escuchar que decía, pero no encontraba de donde provenía.
- Si,si está todo listo, mañana van los padres a por ellos. Adiós Morgan.
En ese momento me dio un vuelco el corazón, no puede ser, ese era el encargo, llevar a dos chicos allí, y que sería lo próximo prostutuirlos? Estaba confusa y a la vez enfadada, no entendía nada y me dirigí al puerto.
Una vez allí, mientras paseaba llegó un barco, nunca había visto uno así, era grande más de lo normal y todo negro, menos una franja roja en la parte delantera, espere a ver qué pasaba, pero llegó un hombre a echarme de allí.
-Niña fuera de aquí, vete a casa a ayudar a tu madre y deja a los hombres hacer tu trabajo.
-Le mire con cara de asco- Gilipollas.- Y me fui
Volví al orfanato, ya era la hora de comer. Entre a comer y me encerré en mi cuarto, a pesar de compartir cuarto con mi amiga, y me puse a escuchar música, me quede dormida

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⏰ Última actualización: Feb 12, 2016 ⏰

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