Capítulo 5. ❝De un lugar a otro❞ 2/2

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En esta mansión, en la habitación más arreglada, se alojaba la chica cuyo nombre era Lenka. La responsable de la casa –Mientras que sus hermanos menores no estaban– y la actualmente preocupada por la cercana aparición de sus primos azabaches.

Y en la habitación más grande –Sin significar ser la más arreglada–, se encontraba su hermano gemelo, nombrado como Rinto, generalmente durmiendo o jugando videojuegos, este no es bueno al socializar.

La chica estaba preparando el desayuno, estilo americano, mientras su gemelo dormía, sin percatarse de la pobre luz que se colaba en la ventana.

La chica miraba por la ventana mientras esperaba que el pan saliera disparado de la tostadora, observando el despejado cielo, o simplemente con una mirada desconcertada en, «¿Dónde están mis hermanitos?», pensaba.
Él soñaba en las aventuras que toda su vida quizo poner en marcha, por ejemplo, viajar desde Shinjuku hasta Akita, o tal vez dar un tour completo por todo Japón.

Ella servía el desayuno en platos, mientras él abrazaba su almohada –a punto de despertar.

-¡Rinto Kagamine! ¡Despierta en este instante y baja a desayunar!- gritaba ella desde las escaleras, esperando que su voz sea audible a su hermano.
-N...hm...voy...- hablaba somnoliento él, revolviendo su cabello mientras se sentaba en la esquina de su cama.
Observó detenidamente las paredes de colores celestes y blancos.
-¡Rinto!- ella siguió llamándolo, cada vez más audible.
-Bieeeen ¡Vooooy!- habló un Rinto somnoliento saliendo de su cuarto –Sin cerrar la puerta.
Este tuvo dificultad al bajar las escaleras, así que tomó el camino corto; se desliza por el barandal de la izquierda, y camina hacia la cocina.

Mientras que estos disfrutaban su desayuno, el joven de ojos ámbar releía un libro de misterio y drama, mientras su compañero sólo dormía.

Muchos se preguntarían: «¿Qué paso con decir que Len está desaparecido?»
Simple.
Años atrás, su madre había huído de la mansión con su hijo más preciado, Len, dejando a sus hermanos, su padre y sus 'iguales' ahi.
¿Quienes son sus 'iguales'?, son los módulos, ellos acostumbraban a tratar a Len como un amo. Pero Len, simplemente, los olvidó inconscientemente.
También olvidó muchas cosas importantes: Sus hermanos, su forma de vida lujosa, y su forma de ser alegre.
Pero hubo algo que no olvidó: Su pasión al arte de la música. Esto sólo lo reprimió, no quería cambiar su –ahora agradable– forma de vida con Ayumi.
Pero ésta está cambiando, no sabe descifrar si en buen o mal sentido, sólo cambia por los 'iguales', que le harían cambiar su intento de olvidar la música, a un hecho de retomarla y mejorar.

Por otro lado, su madre lo cuidó unos años hasta que cumplió 12, y lo inscribió en esta academia. Ella sigue pagando la mensualidad.
Y su padre, en el mundo de los negocios, dueño de una ocupada empresa, no ve a sus hijos desde que los mayores tenían 7.

Como se ha mencionado anteriormente, el rubio estaba dormido, soñando algo bastante anormal para su opinión.

[Narra Len]

Abrí los ojos para encontrarme en medio de un campo, con flores extrañas, y árboles del mismo tipo.
Miré mi atuendo, vestía con un short negro, camisa celeste y chaleco blanco. Acompañando con un gorro negro y botas del mismo color, dentro unas calcetas blancas.
Ví a un chico de cabellos rubios pasar frente a mí corriendo.
“¡Whoaaa! ¡Ya es tarde, tarde! ¡Ya son casi las 10!”
Me pregunté y seguí al chico, que estaba saltando y corriendo, con un reloj blanco agarrado del cuello con una cadena de plata.
Lo perdí de vista, y seguí caminando, a ver qué hacía.
Conclusión: Estoy perdido.
Entonces, emprendí mi camino con objetivo de encontrar una salida, o saber dónde estoy.
Veía carteles que apuntaban a varios lugares, entre esos, ninguno me llamo la atención.
Pero, como cualquier persona perdida, me dispuse a leerlos y ver a dónde ir. Pero ninguno de los muchos nombraba un lugar cuyo nombre me sea conocido.
Entonces, habían 2 chicos detrás mío –cuando me di cuenta–, ambos parecidos entre sí, y me miraban atentamente.
“Tú...¿Quién eres?” dijo el ojiverde –puesto que los ojos del otro eran violetas–. Mi mirada se sorprendió a la vista de los ajenos.
“Len...Len...y ¿Ustedes?” los miré, saltando mi mirada de uno al otro.
“Soy Kotetsu” dijo el ojiverde con orejas de zorro.
“Ai...Aitetsu” habló el más bajito, cuyos ojos eran de morado intenso.
“Bueno... ¿Saben qué es este lugar? ¿Dónde estoy?” les hablé con tono dudoso.
“Pues estás en el país de las maravillas” dijo Kotetsu.
“Oh... ¿Saben cómo puedo volver a mi hogar?” les pregunté eso más. Los se miraron entre sí y volvieron sus ojos hacia mí.
“Nosotros no...” dijo Aitetsu “¡Pero el sombrerero si!” dijeron los chicos de vestimenta...¿Oriental?.
Ambos dieron la idea de llevarme, pero cada uno quiso llevarme por su lado, halando uno de mis brazos, cada uno.
Acción posterior, ellos se fueron por otro lado dejándome en incertidumbre.
Entonces, ¡Buscaré a ese sombrerero del que hablan!.
Caminé hasta sentir una extraña presencia detrás mío. Sentí un roce en mis hombros, hasta que éste bajó hasta mis muñecas.
“H...¿Hola?...” dije, mientras sentí arder un poco mi rostro, por una razón que yo mismo desconocía.
“Parece que estás buscando algo~” dijo la voz de quien tomaba mis muñecas delicadamente.
“¿Como...cómo lo sabes?” pregunté aún sin voltearme.
“Tu mirada perdida lo dice todo~” habló soltando mis muñecas, poniéndose en frente mío, mostrándose. Un chico rubio de mirada brillante, llevaba un gorro parecido al mío, con una cinta púrpura, vestía de chaqueta negra hasta los codos sobre una camisa blanca y amarilla. Seguido de un pantalón hasta antes de la rodilla del mismo color que la chaqueta. Llevaba zapatos negros junto unos calcetines morados y unos guantes negros.
«Siento haberlo visto antes», pensé.
“No sé que hago aqui...” le dije mientras bajaba la mirada.
“Siento que dices la verdad~ yo sé qué haces aquí~” dijo acercándose a mi.
“Sólo vi un chico de cabello rubio vestido de blanco y lo seguí”
“Ya veo~” este chico da muchos rodeos...
“¿Puedes...decirme quién es el sombrerero?”
“Eres importante por aqui...o tal vez no~”
“¿Qué?”
“Puedes llegar a estar en peligro,” dió una vuelta alrededor mío “O tal vez no~”
“No entiendo qué quieres decir” le dije bajando la mirada. Él de repente desaparecio.
Y seguí caminando hasta reencontrármelo flotando, con un bastón blanco en manos.
“Puedo decirte~ ¿Qué has de darme a cambio?”
“No lo sé, ¡Tu dime!”
“Ohh~ heh heh~” él se acercó excesivamente a mi, aún flotando.
“¿Qué haces?”
“Reclamo mi cambio~”
“¿Eh?”
Se acercó mas, hasta que su nariz rozaba la mía. Sentí más ardor sobre mi rostro.
“¡Un segundo!” dije y me alejé “No me has dicho quién es, aún
“Tienes razón~ un trato es un trato~” dijo e inesperadamente desapareció.
Yo me quedé parado como un idiota, mirando el lugar del cual desapareció.
Después de unos minutos, seguí caminando hasta llegar a una mesa de té.
“¡Hoooolaaa!” me dijo desde atrás alguien cuya voz se me hizo familiar.
“Ho...hola” dije al voltear y verlo, era un chico de ojos ámbar y un cabello castaño, sobre su cabeza un sombrero bastante peculiar, el cual no pude sacar de mi vista. Lo mire de pies a...sombrero. Y en su mirada había algo que me dejo hipnotizado.
“¡Una pregunta importante!” salí del trance cuando dijo eso, y le mire en señal de que lo escucho “¿Quién eres?” habló, bastante sonriente, sin dejarme hablar “Ohhh~ ven y siéntate, eres bienvenido” me dirigió a una mesa grande, con muchas tazas, platos y demás sobre esta. Examiné todo, y también había otro chico ahi, de cabello azabache y ojos ámbar.
“Hola, ¿Qué tal todo?” dijo el azabache, recargando su mentón en su mano izquierda al mirarme.
“Hol...” intenté seguir hablando, hasta que el chico del sombrero siguió hablando.
“¿Quieres una taza de té?” habló con una tetera sirviendo en una taza, anticipando ya. Yo asentí y me dio la taza, pero luego la alejo bruscamente –antes de yo poder agarrarla– “¡Whooo! ¿Uno o dos terrones? ¿Leche?”
“1...si”estoy hablando muy poco.
“¡Waah!, Ayumi, déjalo hablar, ni siquiera sabemos su nombre” habló el azabache.
“¡Esta bien, Rei!” dijo el aparentemente llamado Ayumi, dándome mi taza.
De algún modo, él se me hace muy familiar...pero no puedo recordar por más que lo intente.
“Soy...Len” hablé con un debil tono de voz, casi audible por los ajenos.
“¿Cooooomo?” preguntó –casi gritando– Ayumi.
“Len” hablé subiendo un poco más la intensidad de mi voz.
“¡Len! ¡Con que tú e-!” comenzó a gritar el chico del sombrero hasta ser interrumpido por el azabache.
“Oh..., bueno, como posiblemente sepas, yo...soy Rei, y este de aqui es Ayumi” habló él algo...¿Tenso? ¿Nervioso?, no sé decir.
“Mucho gusto, Rei...¿Sabes quien era aquél chico rubio que corría con un reloj?” le pregunté.
“¿No es un gusto conoceer~meee~?” habló Ayumi, volviendo a introducirse en la conversación.
“Claro que sí” le sonreí.
“Rubio con un reloj...¿Saltaba como si no hubiera un mañana?” habló Rei, tomando una cucharilla de plata y comenzando a jugar con esta en la superficie de la mesa.
“Sip, saltaba y corría cual conejo”
“Ese debe de ser...¿Por qué quieres saberlo?” preguntando, su mirada algo acusadora y afilada se clavó en mí.
“Pu...pues...me da curiosidad” respondí encogiéndome de hombros.
Después de aquella charla, que terminó luego de un rato, fuimos a buscar al chico, cuyo nombre era Power. O asi me dijeron.

¡Qué curiosidad!, me pregunto por qué corría y saltaba con un reloj. Decía que ya casi eran las 10...me pregunto por qué.
“Una pregunta...” rompí el silencio cuando aparentemente teníamos 10 minutos caminando.
“¿Nn?” voltearon a verme ambos.
“¿Saben quién es el sombrerero?” hablé, hasta percatarme de que un tenue brillo se hizo presente en los ojos ámbar de Ayumi. Él se acercó más a mí, ofreciéndome su mano.
“A tu servicio~” dijo también inclinándose levemente.
¡Debí sospecharlo por ese sombrero tan grande!
“Eres tú...dime, ¿Sabes cómo puedo volver a mi hogar? Los dos chicos, Aitetsu y Kotetsu me dijeron que tú sabes cómo” le hablé.
“Hm...mhm, si, se cómo, pero a cambio, harás algo por mí...no, por nosotros” me dijo, dejando ver su seriedad completa.
“Bien, ¿Qué debo hacer?”
“Queremos que...el rey blanco vuelva” sonrió, muy sereno “El rey...mi, mi hermano... no lo queremos ahi, pero no podemos hacer nada” continuó, ajustando su sombrero en su cabeza.
Yo ladeé la cabeza “¿Creen que yo pueda? ¿Cómo?” la duda se hacía presente en mi mirar.
Ahí, sentí un suave impacto de mi cabeza con la pared.
Abrí los ojos, y la realidad parecía otra. Miré a mi alrededor y visualicé a Ayumi leyendo su libro. Debo dejar de quedarme dormido en su cama.
-¿Ayumi?...- pronuncié somnoliento.
-Hola, Len- me sonrió apartando la vista de su libro.

«Y ese fué el sueño con el cuál recordé, casi todo»

***FIN DEL CAPÍTULO***

N/A:
Sí, Len en el país de las maravillas, ¡A-MI-ESTILO!
-le pegan-

Lo sé, quedó amorfo.
O deforme.
O como se diga.
Jnwjsjwjs.

Pues, aquí está el capítulo... -sube a revisar- ¡5!

Más o menos, el libro durará 12 capítulos, si así está bien...

What ever. Ya me voy. Bye. BYEEE. -c va-.

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⏰ Última actualización: Mar 04, 2016 ⏰

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