Capítulo 3

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Como el mayor de los traidores era como se sentía Steve Rogers mientras permanecía estático frente a la puerta cerrada del multimillonario Anthony Stark. Hacía unos momentos parecían haber hecho las paces y una semiconfesión por parte del rubio, no obstante, lo que inició como una buena intención de hacer sentir mejor a su amante, terminó por ser un completo desastre gracias a los medios de comunicación que ansiaban develar la historia oculta entre dos de los superhéroes de Nueva York.

-Te lo dije antes, ¿no es verdad?- habló el Capitán tras la puerta- Que los medios no pararían de acosarnos hasta volvernos locos y bueno... he aquí el primer desastroso resultado de la situación a la que tanto temía

Mientras el rubio continuaba prácticamente en un monólogo, Stark permanecía apoyado de espaldas contra la puerta, deseando escuchar alguna palabra que le hiciera sentir mejor. Se resistía a la idea de abandonar aquella posición hasta escuchar los verdaderos sentimientos del mayor hacia él, pero cada minuto que transcurría parecía mofarse de su vana ilusión al escuchar sólo ecos de miedo e indecisiones en las palabras del Capitán. Abatido por la situación actual y herido por la estocada que representó aquella noticia viral sobre la confesión de Steve, finalmente desistió de su ilusión en escuchar algo que le reconfortara y optó por arreglarse y empacar algunas cosas en su maletín de viaje. Tomando sus clásicas gafas de sol, Anthony Stark recobró su coraza de hierro y abrió finalmente la puerta, sorprendiendo al ojiazul.

-¿Tony? ¿Por qué...?

-Me voy- sentenció el menor sin más con aire despreocupado- Creo que necesitamos un respiro de nuestras mutuas presencias

Determinado a cumplir sus palabras, empezó a recorrer la casa en busca de objetos específicos que iba metiendo en su maletín y bolsillos del elegante saco. Aunque no lo sabía siquiera él mismo, lo único que hacía en el fondo era dar más tiempo al indeciso Steve que se mostraba incapaz de impedirle que se marchara.

-Capitán- finalmente se paró ante él- Fue un gusto convivir estos meses

Haciendo un gesto de despedida con la mano, se dio media vuelta y caminó hacia la puerta.

-Tony, esto es ridículo- finalmente habló Steve, soltando una risilla nerviosa- No puedes huir cada vez que surgen los problemas

-No estoy huyendo, Capitán- habló ofendido- Estoy protegiéndome en vista de que tú no has podido hacerlo como tanto pregonas

-¿Entonces es así, Tony?- preguntó ofendido igualmente- ¿Cometo un simple error y todo se viene abajo?

Fastidiado y dolido, el menor se retiró las gafas y encaró con dureza al mayor quien retrocedió unos pasos ante la evidente molestia de éste.

-Si quieres ponerlo en esos términos, Capitán, está bien. Todo esto se ha tratado de "simples errores" que ambos hemos cometido: yo empecé todo esto al besarte, empecé todo esto cuando te confesé lo que en verdad sentía, empecé todo cuando tuve la estúpida idea de invitarte a vivir aquí con la estúpida ilusión de que era correspondido por ti. Empecé todo esto desde que acepté formar parte de los Vengadores porque fue ahí cuando te conocí y todo mi mundo se desestructuró por completo gracias a un Capitán idiota que decidió sobrevivir todo este tiempo en ese maldito témpano de hielo... ¡Tienes razón como siempre, Steve Rogers: soy el único culpable de mi actual miseria!

Atónito por la crudeza de sus palabras, Steve sólo permaneció en silencio observando al menor que lucía expectante.

-Exactamente ese ha sido siempre tu "simple error"- concluyó el castaño, volviendo a colocarse sus gafas para finalmente decidirse a salir del departamento, no obstante, fue sorprendido por el rubio al tomarlo de la mano por mero reflejo

Can't take my eyes off youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora