Quitándose su chaqueta y arrojándola con evidente molestia a un lado, Steve Rogers azotó tras de sí la puerta, dedicándose a dar vueltas cual animal enjaulado. No podía dejar de pensar en Tony cantándole con semejante descaro mientras las personas empezaban a cuchichear entre ellas. Era imperdonable el que Tony se hubiese atrevido a dar semejante escena a pesar de las advertencias que claramente él había hecho antes de acceder a asistir al lugar. Sentía un nudo en el estómago al imaginar los rumores que empezarían a desatarse en la hora que había transcurrido desde su partida del lugar, pero a su vez recordaba la fortuita mirada del menor mientras permanecía estático con el micrófono en mano al verle partir. Deteniéndose frente a la fría pared, apoyó su frente contra esta y se permitió analizar cada suceso en la velada: la ansiedad estaba a flor de piel cuando llegaron al Karaoke, pero ésta había disminuido conforme el grupo armaba una agradable atmósfera a base de permitirse hacer el ridículo sin miedo alguno a ser juzgado; pero esa atmósfera se vino abajo en cuanto el hombre de hierro le cantó con semejante descaro. El nudo en su estómago pareció crecer aún más al reparar en la posibilidad de que en realidad fuese él quien había arruinado la velada ante su desbordante miedo a ser juzgado por amar a un hombre. Antes de poder ahondar más en la situación, escuchó unos pasos aproximarse seguidos del ruido de la puerta abriéndose. Era Tony quien ingresaba silenciosamente al departamento, cerrando con el mismo sigilo la puerta que apenas emitió un "click". Muy pronto el ambiente se tensó ante la obstinada batalla de silencios por parte de ambos. Por un lado, Steve se sentía demasiado agobiado con sus propios demonios como para dar a lugar a una confrontación con el moreno; por otro lado, Stark deseaba conocer la disposición del mayor para discutir como adultos su situación actual.
-¿Qué quieres, Stark?- pregunto finalmente el rubio sin ánimos de verlo a la cara
-Hablar, pero parece ser que no estás en la mejor disposición de hacerlo- respondió a la defensiva, cruzándose de brazos
-Es inútil hablar- argumentó el rubio sin despegar su frente de la pared- Ya lo hemos hecho miles de veces, y sencillamente no hemos logrado llegar a un acuerdo
-Debo insistir en que es ridículo querer llegar a acuerdos dada nuestras posiciones- objetó sin apartar la mirada de la figura encorvada del rubio- La gente murmura a pesar de todas tus precauciones
-Los acuerdos son para protegernos de esas murmuraciones y no acabar lastimados, Tony- dijo levantando al fin el rostro y encarando al moreno
-¿Lastimados?
-¿No lo ves? Sería inaceptable que tú y yo estuviésemos en una relación. Todos nos señalarían y harían lo imposible por separarnos
-Noticia: el mundo siempre ha sido y seguirá siendo así sin importar de quiénes se traten. Lo mismo hubiese sido que salieras con Natasha que con alguien más. Jamás acabarías por satisfacer las expectativas de los demás
-Es diferente. Las cosas habrían sido más sencillas si tú...
-¿Si yo fuera alguien más? –completó con cierto deje dolido
Bufando con fastidio y con desesperación, Steve se cruzó de brazos y le dio la espalda al moreno para posar su mirada en la tranquila ciudad que resplandecía bajo la luna.
-No lo sé, Stark- habló al fin tras unos momentos de silencio que le parecieron una eternidad al menor- No sé si es una buena idea que tú y yo estemos juntos. Estar en una relación implica muchos compromisos, mismos que no sé si ambos seremos capaces de asumir
Guardando silencio, el castaño contempló la confusión en el rubio.
-¿Qué es lo que tanto te asusta?- preguntó al fin
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Can't take my eyes off you
Hayran KurguEl miedo es un poderoso veneno que paraliza al más ferviente y devoto corazón, y es precisamente esta la razón por la cual Steve Rogers es incapaz de aceptar abiertamente las demandas del corazón de Anthony Stark quien debe luchar contra las inconsi...