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Mia oteó a la gran figura que tenía por delante, sin confiar en uno solo de sus movimientos.

"Piensa rápido" se dijo.


-No sé de qué me estás hablando-  

"¿en serio? ¿eso es lo mejor que se te ocurre?" 


El demonio levantó una ceja en señal de inquisición irónica, y con un resoplido escupió :

-Eso ya no importa, niña. Verás, tu madre hizo un pacto conmigo que te concierne, y estoy aquí para cumplir ese pacto. Tendrás que atenerte a tu parte en este asunto y asumir que no tienes elección. Kate firmó en su Sangre que cuando tuviese a su unigénita , me la entregaría a cambio de un Poder de la magnitud del que tenía tu Padre. Yo he cumplido mi parte-

-Pe-pero...si Kate no tiene poderes , es solo una humana. ¡Has matado a mi padre para nada!-

El bicho puso los ojos en blanco , en señal de "¿por qué a mi?", y continuó :


-Kate tendrá poderes cuando mi parte del trato se cumpla, y eso ya te requiere a ti, pequeña-

Mia sonrió de lado, y le dijo un poco más engreída de lo que quería sonar:

-Verás, Samael...hay un problema con Eso que me dices. Kate está muerta, Liam la ha matado así que no hay pacto que cumplir y no hay unigénitas que deban pagar algo que no se dió-

El demonio rió , y Mía notó que tenía cierta fascinación por el poder que emanaba...tan poderoso, tan oscuro. Ese bicho podría pasar muy bien por un humano según sus rasgos físicos, pero cualquier mosca se daría cuenta que allí había algo más.

-Kate no está muerta, pequeña. Ella está....-

En ese preciso momento, el lugar imaginario en el que estaban, más allá de toda densidad de la materia, comenzó a borronarse. Mía notó que algo la estaba despertando del sueño inducido, y se concentró según sus prácticas lo mejor que pudo en mantenerse donde Samael estaba, para decirle, a pesar del sobrecogimiento por la noticia, una última cosa casi a los gritos :

-¿Y de qué te sirvo yo a ti?-

El demonio, apenas distinguible hizo a su Voz retumbar por todos los planos del inconsciente de Mía 

-Ya hablaremos...por otros medios- 

Dijo enigmático, y desapareció. Mía dejó caer la barrera de concentración que había puesto, y se despertó del todo dispuesta a preguntarle a Liam si realmente había matado a su madre.

Casi saltó de la cama y se dirigió a la cocina, solo para encontrarse con una escena desgarradora : Liam no se encontraba por ningún lado.

Buscó, y rebuscó por los rincones, llamándolo a los gritos. Lo buscó con su mente, como él le había enseñado, y no pudo percibirlo ni cerca ni lejos. Aterrada, fue a buscar su celular de entre las arrugas del sofá, y se encontró con una nota mal redactada muy a propósito :

"Kiero A Todo Eso que tienes.  Y pronto, o haré alguna otra cosa que jamás podrás perdonarme"


Aterrada, marcó el número de Kate, pero la operadora le indicó que estaba fuera de servicio. ¿Cómo la contactaría?¿ Cómo sobrevivió y esperó tanto para desatar su plan? No lo entendía. Desesperada, salió en busca del único bote de salvación que poseía : Lily.


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Tocó el timbre y esperó en el zaguán por varios minutos, pero nadie aparecía. Golpeó la puerta tan fuerte que casi la parte, y  al minuto apareció el padre de Lily con cara de pocos amigos :

-Deberías tener más cuidado con la puerta, Mía. No funciona el timbre-

Mía sentía que un peso se le quitaba de encima, y le preguntó al hombre por su rubia amiga

-Pues no está aquí. Salió hace unas horas a la biblioteca del Instituto, si la ves, dile que ya no son horas de andar revoloteando por ahí. Adiós- 

Y le cerró la puerta en las narices.

Mía condujo a la biblioteca, ansiosa por hablar con su amiga. Buscó en las secciones favoritas de Lily, y allí no estaba. Buscó en los tantos patios del Instituto, y tampoco. Comenzaba a preguntarse si realmente había ido al Instituto o había mentido a sus padres para salir con un chico, típico de ella.

 -¡Oye! ¡No corras por el pasillo! - Le gritó una de las rechonchas secretarias que ella reconoció de sus años de Instituto. Ivory la observaba con reprobación.

-Lo siento, Ivory. Estaba buscando a Lily. ¿La has visto de casualidad?-

A la mujer morena se le suavizó la expresión al reconocer la voz de Mía

-¿Mía? ¿ eres tú? ¡fijate qué grande estás!. No, no he visto a Lily, pero te han dejado esto- Y le entregó un sobre color rojo-

-¿Oh? ¿quién dejó ésto, Ivory?- preguntó extrañada

-Pues tu madre. Me explicó que ya no viven juntas y que vendrías hacia aquí, que quería contactarte porque su celular ya no funciona. Claro que de tratarse de un desconocido no aceptaría a andar de recados, pero siendo tu adorable madre...-

-Gracias- la cortó Mía

Ivory se alejó sacudiendo el trasero por el pasillo, y cuando estuvo lo suficientemente lejos , Mía rasgó el sobre y algo dorado salió disparado al suelo. Mía tomó la hoja de papel impresa y se agachó para recoger lo que se había caído. 

Casi gritó de horror cuando reconoció uno de los rulos dorados de su amiga Lily.


La hoja de papel decía, sencilla y claramente:

"CerKa , muy cercA, Te Estás acercando a mí"


Mía sintió que su sangre se congelaba, y que un frío helado le subía por la columna. Estaba en pánico. Liam y Lily, sus únicas anclas en la vida, habían sido secuestradas por Kate y quiensea que trabajase para ella o estuviera con ella.


Volvió al departamento apresurada, y decidió que iba a hacer lo mejor que podía hacer : combatir fuego con fuego.


Se dio una ducha muy caliente para quitarse el frío, y frente al espejo se dijo :

-Esta noche, llamaré a Samael- .







MÍA IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora