Două

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4 de Febrero 2016

El gran día llego, si es que se le puede llamar así. Hoy vuelvo a esa maldita prisión (ya sabes el instituto), que rabia me da pero que se le va hacer. Al igual que siempre no tengo nada importante que contarte, pero debo decirte que me gustaría comprar un celular al salir del Instituto ya que no tengo porque mi madre y los doctores y psicólogos temían que hiciera contacto con el mundo exterior. Según ello, "no estaba listo". Aunque eso ya vale madres pues si no quería que hiciera contacto con nadie simplemente no me hubieran "liberado".

¡Chao, chao!


Cerré el diario y lo guarde entre la cama y el colchón. Quería seguir durmiendo pero mi madre me llamó, realmente no me importaba pero poco a poco fue subiendo el volumen en ellos al igual que la agresividad, no quería escuchar más sus gritos así que no tuve otra opción más que tomar mis cosas y bajar. Tomé una manzana de la cocina y me dirigí lo más rápido posible afuera para intentar escaparme, pero lamentablemente mi madre ya estaba afuera esperándome, deje escapar un suspiro para luego entrar al auto cerrando la puerta de golpe. Mi madre sólo suspiro y entro al auto para empezar a conducir.

—Espero que no causes ni provoques algún accidente, Atemu. — Dijo mi madre enojada, ¡Por Dios, ni siquiera mi familia se atreve a llamarme por mi nombre!

Lo único que hice fue guardar silencio

— ¿Podrías al menos darme una respuesta?

—Ya casi llegamos a la prisión...digo Instituto, sólo 4 cuadras más.

—Eso no fue lo que te pregunte.

— ¿Y..?

—No se. Podrías decir: "Lo siento, prometo portarme bien y no causar, ni provocar, ni meterme en algún problema"

"Lo siento, prometo portarme bien y no causar, ni provocar, ni meterme en algún problema...mamá"— A pesar de todo jamás me atrevería a lastimarla ni faltarle al respeto y mucho menos a dejar que alguien más lo haga, por el simple echo de que ella no me abandonó como lo hizo mi padre y a pesar de mis actos me siguió queriendo y tratando como su hijo.

— Agh. Eres igual que tu padre, sólo que más educado... ...otra diferencia muy notable es que el no estaba loco ni intentó matar a nadie ¿sabes?

Apreté mis labios y puños con fuerza al oírla

¿¡Que mierda?! ¿¡De verdad dijo que me parezco a el!?. ¡¡AGH!!. Maldi....¡ahhh! ¡que se vaya a la verga! como si me importara lo que ella diga, tsk. Pero, si no puedo contestarle lo único que haré y siempre eh echo será delimitarme a sólo callar. Pero parece que eso hizo que se enojara más, así que antes de que dijera algo me atreví decirle que me dejara una cuadra antes de llegar, a lo cual accedió sin quejarse o replicarme (Es un avance)


Cuando llegué a la escuela, todas las personas presentes se quedaron callados mientras me miraban con miedo y asco, alejándose de mí, pero no me importaba. Mi única reacción fue el mantener mí rostro completamente neutro.

—Mira, ya volvió Atemu... — Susurró una de las mujeres presentes.

—Y con él los problema — Dijo otra.

— ¿Por qué no lo dejaron dentro del hospital?

Dicen que gracias a "eso", su padre abandonó a él y a su madre, así que no se seguirá pagando el tratamiento.

Un enamorado Suicida...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora