II.

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Una vez el sol hubo tocado la fina nieve, me decidí a levantarme.

Arrastré los pies con pereza hasta el balde con agua fría de lluvia. Me lavé la cara y me la sequé con un viejo trapo. Al terminar, me peiné con una peineta que tenía solo cuatro dientes viejos. Era poco lo que tenía, pero es lo que hay.

Bajé de la valla, y una vez llegué abajo, aún estaba el bus estacionado allí. Había gente durmiendo dentro y algunos paseaban fuera.

Un chico de largo cabello castaño y ondulado comenzó a observarme desde unos cuantos metros más allá. Su mirada era cautivadora y penetrante. Nunca había visto algo igual.

Comenzó a acercarse pero decidí alejarme corriendo de allí. No me fiaba de nadie, y menos de ese sujeto de mirada fría.

Decidí pasear hacia el cementerio para ver a mi madre y a mi padre.

Recogí un par de flores silvestres, ya que no podía pagar unas flores más lindas y cuidadas.

Me acerqué al mural de roca, donde habían cuadrados separados por fierros. En cada cuadrado habían ataúdes de distintas personas.
El de mi madre y mi padre estaban uno al lado del otro...

-Hola, mamá, hola, papá -dije poniendo las flores al medio para que ambos quedaran decorados- no saben cuanto los echo de menos. Estos ultimos cinco años han sido un sufrimiento. Todos los días enfrento el frío y el hambre, pero al final del día tengo un sitio al cual ir a descansar. No será una suite de lujo, pero es lo que tengo -sonreí al aire con pena- debo irme, mi lugar de trabajo espera... Los amo muchísimo, y espero verlos pronto -di una última mirada a las lápidas grabadas, me di media vuelta y me retiré.

****

Una vez me senté en el frío y húmedo cartón, las miradas de pena, incomodidad y desprecio surgieron de parte de los transeuntes.

Yo miraba la calle, mientras susurraba un "gracias" a la gente que me daba euros.

¿Cómo sería mi vida si aquel accidente no hubiera ocurrido?

Probablemente, estaría en una casa de verdad, tomando algo caliente y con mis padres charlando conmigo y riendo.

****
Ya habían pasado un par de horas, y justo cuando me estaba levantando, una mano aparece en mi campo de visión. No estaba alzada para golpearme, estaba extendida parea que la cojiera.

Al alzar la vista, me topé con...él...esos ojos esmeralda volvieron a mi como un viento congelante, y enseguida, la piel se me erizó.

El chico de largos cabellos castaños y ondulados, el chico de la mirada fría insensible...

El chico del bus descompuesto...

El chico del bus descompuesto

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STYLES <<Criada Desde La Miseria>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora