Capitulo 2 La culpa es del abuelo

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A la mañana siguiente, bastante temprano jorge ya se había levantado y vestido, estaba puliendo su escudo y comiendo un poco de atún enlatado cerca de la puerta de la cocina donde decidieron ¨pasar la noche¨; Al poco rato despertó yazmin y después de alistarse se acercó a él y lo acompaño en el desayuno, si acaso a una lata de atún y algo de pan se podan llamar así.

—Oye amor, siempre me has dicho que el escudo, tu cimitarra y lo demás de tu equipo fueron heredados, pero no entiendo quien heredaría este tipo de cosas.

—Bueno, eran de mi abuelo, los compro en una subasta otras cosas que tenia las conseguía en un lugar especial y otros han sido heredados de generación en generación; A mi me encantaba ir a su casa llena de cosas de la antigua roma, también tenia objetos de egipcios, sarracenos y medievales como armas escudos armaduras, aunque todo mi uniforme es de centurión mi espada es árabe, son un regalo de mi cumpleaños 20 hace un par de años que los tengo.

''entrenaba junto con mi abuelo con armas de madera siempre me gustó el estilo de murumillo y mi abuelo, el preferia el hoplomachus, algo asi como ver a un legionario contra un hoplita y... -dejo de hablar al ver los ojos en blanco de la chica-. perdona seguro te estoy aburriendo o no me entiendes, en fin; Antes peleaban hombres contra hombres para entretener al público, obtener gloria y fama otros hasta tenían sueldo, ahora peleamos por sobrevivir.

''Tengo entrenando desde los 12 años, usábamos armas echas de madera, a los 16 comenzamos a usar armas de verdad, entrenábamos bastante duro -solo una pequeña risa-, mi abuelo se creía lanista y bueno yo siempre le seguí el juego junto con algunos primos y amigos era bastante duro y aveces salíamos heridos, mis papas jamás se enteraron hasta después de algunos años, en fin parece que todo ese entrenamiento me esta dando frutos''.

La chica miraba atentamente a su pareja, el era su príncipe de armadura dorada, o en este caso, de armadura de cuero y lamina.

—Bueno, después te contare más y también tengo que regresar a casa de mi abuelo, tiene mucho equipo que me puede servir, además necesito mi casco.

—Ya veo, entonces en eso gasto toda la fortuna que tenía, valla que tu abuelo era bastante extraño, poner a unos niños a pelear entre ellos, pero me gusta que gracias a eso tengas tan buena forma.

—Estoy seguro de que te gusta mi buena forma -Beso ambos bíceps—, mira que hasta tenía una pequeña arena de duelo a las orillas de la ciudad esa era su casa, la casa de tsuky, bueno aunque estoy muy agusto aqui comadreando contigo se nos hace tarde, tenemos que irnos.

Después de unos minutos ambos salieron del lugar, tenían que seguir avanzando, la ciudad era grande pero tarde o temprano darían con la nación escarlata, la idea era no parar hasta que el anochecer estuviera cerca, iban bastante despacio, el equipo que llevaban los retrasaba además de ir cuidando sus pasos, aquellas criaturas eran bastante peligrosas y podían estar en cualquier parte.

—Oye yazmin, estaba pensado en enseñarte a pelar como yo, digo como gladiador, sé que las pistolas que usas son bastante eficaces y matan desde una distancia segura pero, ¿que pasa cuándo no hay balas? O cuando se atasca la cámara o se mojan.

—Si, tienes razón como aquella vez que tropecé y mi mágnum —Seco una lagrima imaginaria—, se llenó de barro y quedo completamente inútil, pero no creo que pueda andar cargando un escudo por todos lados, soy una adorable señorita delicada y frágil como una flor.

una floja que no le gusta batallar, mejor dicho

—Obviamente no te voy a poner a cargar un escudo como el mio, seria casi igual de grande que tu, mas bien estaba pensando en entrenarte como tracio, se'ria un escudo y arma mas pequeño o quiá como dimacherus, eres bastante ágil y rápida, si creo que la segunda opción es mejor.

Un gladiador en el ApocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora