La semana siguiente transcurrió de lo más rápido. En el fin de semana, Harry y yo nos enfocamos en ciencias, más precisamente la evolución. A decir verdad..., él es inteligente. Creo que podía aprobar sin mi ayuda. Admito que tuvo sus dudas con algunos temas, pero eran pequeñas.
Me sorprenden ciertos aspectos de él. A veces pienso que lo estoy juzgando demasiado. Llegué a sentirme mal, sobre todo en un momento..., cuando mi madre volvió de su trabajo y nos encontró en la sala, le expliqué rápidamente la situación y él la saludó educadamente, le preguntó por su día y halagó la casa. Algo que me dejó totalmente desconcertada.
En cuanto a Robin..., todos los días fueron iguales. Desde que llegaba a la cafetería con Tifany no dejaba de mirarme. Era incómodo dado que parecía un asesino en serie.
Mi amiga me alentó para que fuera a hablarle, Louis le pidió que me dejara en paz entre carcajadas y Harry..., Harry se mantuvo al margen.
—A los hombres les gustan las decididas, Avery. —Me había dicho ella. —Ve y háblale.
Me enojé. Yo no era la que estaba mal allí.
—Si un hombre no es lo suficientemente valiente como para hablarle a una mujer, entonces no es hombre. Es un cobarde. —Respondí. Luego de eso, Harry, que escuchaba cada una de nuestras palabras, sonrió orgulloso.
De todos modos, el problema llegó ese mismo día. Mientras abría mi casillero y hacia el cambio de materias. Alguien se apoyó en la taquilla de mi lado. Creí que era Harry, pero cuando levante la vista, mi corazón dio un vuelco.
—Avery, ¿verdad? —Sonrió de lado mientras yo asentía totalmente muda. —Soy Robin.
Se lo que están preguntándose: "¿Qué ha sucedido?"
Bien... creo que podrían descifrarlo si les digo que cuando Tifany se enteró, gritó tanto que Louis despegó su vista del juego asustado y el balón impactó su cara.
El pobre estuvo con hielo tanto tiempo que se le durmió el rostro. Ahora tiene una gran aureola negra y azulada en la zona de su ojo derecho, pareciera que estuvo en una pelea.
En cuanto a mí; soy un manojo de nervios. Desde que llegue del colegio no he salido de mi habitación, pensando en cómo actuaría frente al chico de mis sueños. Dijo que me llevaría al cine, ¿y si trataba de besarme? ¿O sujeta mi mano? ¿Y si no pasa a buscarme? ¿Si sólo estaba burlándose de mí?
Las preguntas comienzan a atacarme cada medio segundo, poniéndome más nerviosa.
Entonces, algo cruza mi cabeza.
¿Cómo iré vestida?
Corro hacia el armario y observo mi ropa nueva. No tengo ni idea que se utiliza en estas ocasiones. Camisa, vestido, Jeans...
Nunca creí que pensaría esto pero, necesito a Harry.
Suspiro tomando el teléfono de mi bolsillo trasero, y en el momento que comienzo a buscar su número, una llamada hace que mi mano vibre.
— ¿Harry? —Contesto sorprendida.
—Yo te recomiendo los pantalones rasgados que compramos en la tienda frente a la peluquería y el sweater. — Opina, con una voz que se asemeja a Shakespeare leyendo alguna de sus obras.
— ¿Cómo...? —Volteo, y él está allí. Viéndome desde su ventana. — ¿Me estabas espiando?
La incredulidad se abre paso en mi pregunta, al igual que yo me abro paso hacia mi ventana.
—No, claro que no. — Se carcajea. Aún con dos cristales separándonos y cinco metros de caída, su sonrisa parece la de cualquier niño travieso y adorable, con esos hoyuelos tan encantadores y labios delgados. — Sólo te vi haciéndole caras extrañas a la pared. Supuse que estabas nerviosa y necesitabas ayuda.
—Eres un acosador. — Sonrío ampliamente, ignorándolo.
—Y tú una ñoña. — Rueda los ojos.
—Puedo denunciarte por pedofilia, ¿lo sabes? — Enarco una ceja.
— ¿Por qué me fijaría en una niña como tú? — Cuestiona burlón.
—Porque soy hermosa. — Aseguro lanzándole un beso en el aire. — ¡Por favor, mira esto!
Las poses de Bárbara Palvin en Victoria Secret lucen patéticamente divertidas en mí, no necesito oír las carcajadas de mi vecino al otro lado del teléfono para saberlo.
—Eres terrible, Avery. —Ríe negando. Sus ojos sumidos en un oscuro esmeralda se achinan y revuelve su melena rizada. —Estas loca, completamente loca.
—Es una extraña manera de decir que estas enamorado de mi, pero lo entiendo... — Bromeo viéndolo alzar las cejas incrédulo. — A veces las personas no saben cómo decir lo que sienten.
—El chico te ha quemado las neuronas, cariño. — Habla, refiriéndose a Robin.
—La negación es una de las primeras fases. — Canturreo.
—Oh, bien. — Asiente siguiéndome el juego. Coloca una de sus manos en la barbilla, como si analizara todo. — ¿Y luego que fase vendrá?
—La fase en la que sueñas conmigo. — Le guiño un ojo.
Y Harry hace algo poco propio de él. Me sonríe..., pero no de cualquier manera. Es una sonrisa dulce, tierna, como si estuviera hablando con una hermanita pequeña o viendo algo adorable.
Frunce levemente las cejas, como si no quisiera verme, pero aún así sus ojos lo hacen, curvando sus labios en una media luna.
El silencio se prolonga, y no piensa apartar su mirada de mí.
Es incómodo, muy incómodo.
—Um... bueno, se me hará tarde. — Murmuro algo cohibida.
Parece reaccionar, parpadeando varias veces y asintiendo de manera seria.
— Escúchame... — Se aclara la garganta. Su mirada ya no es divertida o cálida, sino dura y apagada. — Trata de no interesarte tanto en lo que haga o diga, se va a dar cuenta que estas a sus pies y no queremos eso. Ríe si hace chistes patéticos, pero pase lo que pase, no dejes que te bese. — Estoy a punto de protestar cuando él me interrumpe. — Avery, aún no sabes coquetear. Imagino que mucho menos besar. — Me quedo en silencio, viéndolo con mi mandíbula apretada a más no poder. — Que te diviertas.
Seguido de eso, corta la llamada. Dejándome completamente sola, y viendo su cortina.
(*)
1/3
Sé que no es el mejor capítulo, la inspiración se está yendo otra vez.
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Consejos De Un Patán.
FanfictionAvery se ve en una situación vergonzosa al pedirle consejos a un patán como lo es Harry Styles, pero no hay más opciones. Él tiene toda la soltura que a ella le falta para conversar con sus conquistas, y ella tiene la inteligencia de la cual él care...