VIII - Un poco de acción (1)

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Nada más llegar me fui a la ducha y corriendo a la cama, estaba muy cansado y sin embargo me costó dormirme, me perseguía la sensación de haber matado a un hombre, era una sensación extraña y muy agobiante. Tuve varias pesadillas aquella noche, en las que era a mí a quién disparaban y más de una vez me desperté agobiado y empapado en sudor

Por la mañana el barracón era un hervidero, las voces de todos los soldados se mezclaban en un griterío increíble. Desde que la noticia del rescate llegó no habían parados las felicitaciones y los abrazos. Lo que el día anterior eran caras largas ahora eran sonrisas y alegría. A pesar de ello yo seguía ensimismado con el beso de Lucy, su calor, su cercanía... Solo quería verla, hablar con ella, estar con ella... Pero como era de esperar su padre la había dejado a buen recaudo.

Sin embargo, la investigación sobre el grupo que secuestró a Lucy continuaba, y corrían rumores de que el mayor quería que nosotros los militares zanjásemos el tema y no la policía. Lo cual parecía ir acorde con el aumento de la intensidad de los entrenamientos de los días y semanas siguientes. Todo el mundo estaba motivado y dispuesto a ayudar a lo que hiciese falta para acabar con esa gente.

Pero los meses pasaron a medida que transcurría nuestro entrenamiento y aunque las fuerzas seguían ahí, la idea de acabar con esa gente se iba borrando de la mayoría de las mentes sin embargo en la mía seguía persistiendo. Seguía apareciendo el pensamiento de triunfo al matarlos a todos, el sueño de victoria y de venganza.

Un día después de un entrenamiento me fui a dar un paseo para relajarme. Mientras observaba un grupillo de patos en un pequeño estanque algo vi moverse por el rabillo del ojo. Al girarme solo pude ver como Lucky se abalanzaba sobre mí, por suerte conseguí mantener el equilibrio y no acabar nadando con los patos. Al momento reconocí una risilla, que aunque no la había oído demasiado era inconfundible.

-¡Lucy! ¿Qué tal te encuentras? Hacía mucho que no te veía

-¡Hola! Mi padre no me ha dejado ver demasiado la luz del sol la verdad. -Volvió a reír y me alegró profundamente oírla.

-Ya, le tenías muy preocupado, estaba removiendo tierra, mar y aire para encontrarte. Ahora que te ha encontrado no te iba a dejar irte así como así. -comenté riéndome.

-Buff, y no sabes lo contento que se puso Lucky. Verdad que sí, campeón. -El labrador respondió con unos lametones las caricias de Lucy. -Iba dar una vuelta con el pequeñín, ¿me acompañas?

-Por supuesto, estaba dando un paseo, mejor acompañado, ¿no crees?

-Desde luego, y sobre todo si la compañía es buena. -Dijo con una sonrisa pícara. - ¿Sabes? Aún sigo teniendo pesadillas con aquello, no soy capaz de quitármelo de la cabeza, y sin embargo a pesar de ser pesadillas, suelen acabar bien. Siempre me acabas rescatando, por mucho que me torturen. Y cuando me despierto con el corazón palpitando, con sudor frío y a punto de llorar de miedo, en el fondo de mi alma soy feliz, por estar libre al fin, por salir de allí. Feliz por haberte visto...

-Vaya... no sé qué decir, Lucy. Yo también soy muy feliz de que salieses de ésa. Nunca imaginé que te encontraría así, fue pura casualidad la verdad.

-Me enteré, siento mucho lo de tus padres, John.

-Lo sé, no tienes que preocuparte Lucy, es algo que pasó y con lo que hay que aprender a vivir. La verdad es que me estoy recuperando antes de lo que me pude imaginar en un primer momento, sin embargo algunas noches me acuerdo de ellos, y esas noches se hacen eternas.

-Te entiendo, me pasó algo parecido cuando murió mi abuelo aunque no se puede comparar.

Un nudo se formó en mi garganta, y una lágrima empezaba a asomar en mis ojos, por lo que aparté mi mirada disimuladamente. Pero para mi sorpresa, Lucy lo vio y me abrazó por detrás y me besó en la mejilla.

El poder de una traición [Suspendida De Momento]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora