Prólogo

228 8 0
                                    

Siento su cálido aliento rozar mi oreja, está detrás de mi, me ha acorralado, a venido a mis espaldas, una distracción, un puto error y ahora debo enfrentar las consecuencias

-No puedes escapar de mi Anne- susurra al mismo tiempo que sus dientes aprietan mi lóbulo enviando mis terminaciones nerviosas a tope, me estremezco y siento mi piel arder cuando su mojada y pesada lengua estimula esa zona erógena que ahora esta en su poder, sus brazos apresan mi cintura, me rodea, me atrapa, esta recorriéndome y haciéndome consciente de los deseos escondidos en mi cuerpo -Eres mía- lo siento, lo escucho, me esta cambiando, lo sé y eso me asusta; sus dedos presionan, duro suave, firme intentando dejar su marca, se suavizan por un segundo para después con rapidez clavarse mas fuerte mas hondo queriendo rasgar mi carne.

No quiero esto. No lo quiero a Él. Sin embargo mi cuerpo no lo sabe o no lo quiere entender, es presa de su magnetismo y su virilidad. He de alejarme. Necesito evitarlo. Debo escapar, porque estoy siendo tentada a ser suya. Veo su anhelo y no me tendrá no mientras pueda evitarlo.

Porque huyes de mi Anne?...

Saborea mi nombre, oh si! Lo hace. Odio que me excite, odio que conozca mi placer, lo que mi cuerpo necesita, odio que tenga lo que ningún hombre ha podido darme y que sepa como usarlo

-Suéltame, imbécil- Lo odio, parece no escucharme. Odio que ignore mis renuencias, me quiere, me tiene, sin embargo no soy suya, no aún. -Sabes? Soy una mujer insaciable- digo las palabras con un deje de arrogancia y altivez, su descarada sonrisa me dice que el ya lo sabe, lo ha descubierto, ha visto mi interior; y no me gusta, jodídamente no me gusta, tengo que irme. Huye Anne, corre. Mi mente me grita, me advierte.
Me volteo, respiro profundamente tratando de calmar mi acelerado pulso antes de enfrentarlo de cubrir mi expresión para no delatarme para que no vea mis emociones alzo la mirada y lo veo a la cara y me sorprendo por el brillo de posesividad y agresividad que tienen sus ojos. Me acerco mas a su rostro, nuestras narices tocando, absorbiendo, rozo sus labios con los mios, nuestros alientos se mezclan mientras las palabras salen de mi boca con total sequedad y le advierto -soy una mujer en celo, en busca de un hombre que sea todo un animal en mi cama, que me haga suya con dureza, conocimiento y experiencia en el placer carnal que mi sexo añora- mi lengua sale libre, inconsciente provocadora, saborea su regordete, masculino y duro labio inferior mojándolo con total descaro, continuo recorriendo su mejilla acariciando sutilmente con mi nariz, memorizando su olor, su textura, su calidez, alcanzando su oido y en silencio susurrando las palabras que o bien; pondrán fin a este encuentro, o me llevaran a ser su objetivo de ser cazada por este bruto semental. -y tu mi querido Señor Clark -digo sonriendo maliciosamente- no eres el animal por el que quiero ser marcada- he borrado su estúpida sonrisa, su arrogancia titubea, su enojo aumenta, no tengo miedo... Su cuerpo irradia tensión e ira, lo he cabreado y río con suficiencia por mi pequeña victoria.

El desafío flota en el aire y yo tengo las armas para luchar esta batalla... Si, las tengo... Y no dudaré en usarlas.
-prepárate amor mío,- digo con falsa dulzura- sonrío al ver como sus ojos se agrandan al escuchar la palabra amor, estupefacto, asustado aprovecho su momento de vacilación y continúo -prepárate, porque de ninguna maldita manera seré tuya....-
-Porque tu... Tu Johann Russell Clark-
-tu serás mío-

Celos Posesivos (saga Clark's Lady)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora