Celos Posesivos (saga Clark's Lady)

Lou

Hace dos semanas era Anne Louise Mayden una chica feliz con un mejor amigo como hermano con un novio decente y con una carrera que era mi primera prioridad. Estudio fisioterapia, me gusta ayudar a la gente mi madre decía que era una buena samaritana. Quería curar a la gente y esa carrera era parte del programa de ciencias de la salud me consideró apta para ello y pienso que es la opción más práctica porque ser médico implicaba un gran compromiso con la cirugía y seamos honestos. Los cuchillos y yo no nos llevamos bien. Incluso puedo decir que mi cuchillo para la mantequilla es de plástico. Siempre me ha gustado pensar que he venido al mundo para ayudar a las personas. Para hacerlas sentir mejor. Pero adivina que?...

Las manos pueden ayudar de diferentes maneras a ayudar a la gente y en especial a hacer sentir bien a un hombre y me refiero no solo a la terapia, es por eso que estoy en estos momentos de rodillas masturbando a mi compañero de laboratorio en el baño de la casa de su fraternidad. Te preguntarás como llegue a esto. La respuesta es: todos lo hombres deben pagar porque culpar solo a los dos más importantes que hubo en mi vida. Todos son iguales, están cortados con la misma tijera. Ahora soy Lou.

Mierda Anne dejo de tocarle y le dirijo una dura mirada por su error quiero decir Lou sigue, sigue por favor no te detengas ahhh esto es voy a llegar voy a hacerlo Que? hago rodar mis ojos, ya! Tan rápido?! Pero si solo han sido cinco minutos desde que me he puesto a la tarea. Este chico en serio necesita acción más seguido.

Y eso es todo amigo. Mi trabajo aquí está hecho. Me levanto de mi posición de fingida sumisión lista para abrir la puerta del estrecho baño cuando el chico toma mi mano y me detiene con su pulsante miembro aún sacudiendose de su eyaculacion precoz.

Espera Lou déjame devolverte el favor. Puedo ocuparme de ti niego moviendo mi cabeza una sola vez en un gesto duro y haciendo una mueca desagradable con la boca para indicarle que ni siquiera lo piense. Este tipo me ha decepcionado. He estado más interesada en la hermosa decoración del cuarto de baño que en su pito. Los chicos habrán decorado esto? O alguna de sus novias porristas lo habrá hecho uno de los suyos? hummm me pregunto si tendrán a otro Charles que lo haga por ellos.

Estoy sumergida en divagaciones mientras el compañero de laboratorio como lo he nombrado porque olvide su nombre sigue hablando de lo bien que sabe usar su boca. Pero no estoy interesada. Este es el décimo o tal ves el número quince no lo sé no recuerdo con el que he estado en estas dos semanas. Digamos que he decidido desquitar el tiempo perdido en mis veintidós años para salir con hombres y ser una experta al final del camino. No quiero equivocarme otra vez y tener al hombre incorrecto conmigo para luego lamentarlo.

Trato de hablar con un humilde tono escondiendo mi fastidio para no quedar mal con el chico y traumatizarlo como yo lo estuve. Quién sabe si el pobre no podrá hacerlo con nadie más en un baño femeninamente decorado en un futuro por mi frialdad. Que no digan que no me apiado de la próxima chica que vendrá a aprovechar la oportunidad con este chico.

Gracias... tu, dudó un momento buscando en mí memoria un indicio de su nombre pero me acuerdo que no he mandado el trabajo de biología pendiente al Dr. Beigle y me apresuro hacia la puerta acabo de recordar que tengo que estudiar pero lo dejaremos para la próxima si? No espero su respuesta y salgo huyendo de la casa ante de que me lloriquee porque no he accedido a su patética oferta. Sé que quiere practicar conmigo al chico se le nota a leguas que es virgen pero no es a mi a quien le corresponde ser su primera vez. El chico ya está enamorado de mi de por sí y añádele a la mezcla ser su primera follada y nunca me olvidaría. El se merece alguien mejor...

Me congelo en la puerta y con una cara de horror recuerdo esas mismas palabras dirigidas a mi. No, no no no no no sere igual que él. El chico lo quiere, el chico lo tendrá. Doy media vuelta y regresó con paso decidido y con una fuerza sobrehumana empujando a todo aquel que me este estorbando en el camino. Justo cuando estoy llegando al baño donde minutos antes estábamos veo salir al chico laboratorio con una expresión alicaída y limpiándose la nariz con un pedazo de papel. Estaba llorando? Oh Dios creo voy a romperle el corazón. Pero al menos tendrá un regalo para recordar y cuando este viejo piense que no todo fue una perdida de tiempo.

Llego justo cuando está levantando la mirada y me ve confundido y a la vez aliviado de que este nuevamente con el. Antes que hable lo tomo de la muñeca y me abro animo escaleras arriba para llevarlo a una de las habitaciones vacías y montarlo como si fuera un toro mecánico al que tengo que domar.

Bueno chico laboratorio digo ya en acción con mis manos sobre su pecho desabrochando botón por botón

No recuerdas mi nombre cierto dice como afirmación más que como pregunta. Veo que trata de que sea una broma pero hay dolor en sus ojos.

Claro que si miento es solo que me gusta darte un apodo bonito porque quiero que nuestra primera vez sea especial. Tú eres especial. Importante.

Se recupera y se ve más dispuesto ayudándome torpemente a quitar lo que traigo puesto. No le es difícil ya que solo es un diminuto vestido negro sin más, pegado a mi curvilínea y exótica figura como una segunda piel y nada más. Se queda con lo ojos desorbitados y la boca abierta al ver que no traigo ropa interior.

To... todo... tu... cuando carraspea y trata de mantener la compostura respirando profundamente para poder hablar pero solo consigue que su voz salga chillona y empequeñecida todo este tiempo que has estado conmigo no llevabas bragas? Wow eso es caliente. Creo que voy a venirme de solo pensarlo

No!!! Grito sobresaltandolo porque ya me imagino que es capaz de hacerlo. Espera a que estemos en acción y consiga un poco de placer a cambio. Voy a enseñarte cómo se hace. Déjame a mí a cargo.

Afirma moviendo su cabeza con entusiasmo como un niño desenvolviendo su regalo de Navidad con una evidente ansiedad y hambre.

Y es así. Cuando ese día en esa habitación de un desconocido chico de universidad comenzó mi gusto por los sumisos.