Maratón: CAPÍTULO 5.1: La fiesta

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-Estas hermosa. -dice Maia mientras se coloca a mi lado en el espejo.

-Vaya. Sí que eres buena.

-Lo sé. -dice mientras se pone unas botas negras.

-Lo de la honestidad no es lo tuyo.

Ella comienza reír y me da un leve empujón en el hombro. Llevo un vaquero negro ceñido hasta la cintura para luego ver una camiseta hasta la altura de la mitad de mi tronco. Maia me ha maquillado de una manera muy natural, no estoy acostumbrada a eso, pero me gusta.

Y tanto que te gusta, no has parado de mirarte en el espejo.

¿Qué pasa? La costumbre no se quita tan fácil.

Ya ha pasado una semana desde que he llegado aquí y la verdad es que me estoy acostumbrando. Me he familiarizado con todos y ahora es como si fuéramos una pandilla, siempre quise eso y, ahora, lo tengo.

-Será mejor bajemos, Nick ya está esperándonos.

Ambas bajamos juntas para salir por la puerta y encontrarnos a un Nick y un Damien tremendos.

Ya empezamos.

Que no.

-Hey chicas están... Vaya.

-Ya deja de babear Nick. Sé que por mí no lo haces así que mueve tu culo hasta ese coche y llévanos hasta la fiesta -dice Maia.

-No deberías enfadarte, sabes que ella esta genial. Tu igual, pero tu eres como mi hermana -añade Damien.

Maia comienza a reír para ponerse sería y darle a los dos con su bolso.

-Moveros. YA.

Nick y Damien suben rápidamente al coche en los asientos del piloto y copiloto, mientras nosotras nos sentamos atrás.

***

-¿Ya llegamos? -pregunta Maia por quinta vez en media hora. -¿Por que la casa de Luke esta tan lejos?

-Hermanita, -dice Nick ya nervioso por lo que hace Maia -Te dije que estamos llegando hace un puñetero minuto. ¡Callate ya!

-Vale. -Baja la cabeza y hace un puchero. -¿Ahora llegamos?

-MAIA YA BASTA. YA LLEGAMOS, SÍ. AHORA BÁJATE DEL COCHE Y VETE A HACER LO QUE MIERDA VAYAS A HACER.

Nick se baja del coche junto a Damien y nos abre la puerta. Maia sale corriendo y se va dentro del edificio.

-De verdad que adoro a tu hermana -digo sarcástica.

-A veces no hoy quien la aguante -apunta Damien mientras me lleva hacia la casa.

Ese lugar es una verdadera mansión y me sigo preguntando cómo narices este pueblucho tiene de todo, ¡hasta un Sturbucks tiene!

La música estaba alta y había mucha gente, tanta, que muchos estaban desperdigados por todo el jardín mientras bebían y reían con sus amigos y hacían...otras cosas que no voy a nombrar.

-Al ver tu cara, creo que esto te extraña -dice Nick a mi lado. -Que seamos de pueblo no implica que no nos Divirtamos como unos de ciudad.

-No creo que esto sea un pueblo por lo que veo.

El asoma una sonrisa y yo no puedo evitar reírme y él estalla en carcajadas conmigo.

Al entrar, divisamos a Luke con una gran sonrisa.

-Chicos, ¿y los demás?

-A saber -respondemos Nick y yo a la vez.

-¿Por que no vamos a bailar? -sigue Nick.

Yo asiento y ambos vamos al centro de la pista y cojo un vaso de cerveza de una chica que, bueno, no estaba despierta. Ambos comenzamos a bailar al ritmo de la música, no se cuanto rato pasó, pero ya notaba el cansancio. Maia sigue desaparecida, igual que Damien que se se fue hace un rato y Nick y yo seguimos allí, bailando, y entonces veo a Maia a lo lejos, pero parece alarmada, muy alarmada. Voy hacia ella buscando un hueco por donde meterme sin perderla de vista, pero esos es imposible y dejó de verla. Subo al segundo piso y voy entrando en cada habitación sin encontrar nada que me importe y viendo ciertas cosas que no voy a nombrar.

Abro la última puerta del piso.

-PERDÓN

Cierro la puerta de inmediato tapándome la cara como puedo. Y de repente siento como alguien me coge de la cintura.

El Extraño Caso De Los KleinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora