Maratón: CAPÍTULO 5.3: Lo siento y NUTELLA.

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-JURO QUE TE MATO, NICK.

Él, él. Él tiene la carta, tiene la carta y la ha leído.

Pero ni siquiera tu debiste leerla.

Ahora ya no importa, sigue siendo personal, muy personal. A parte, nadie tendría por qué saber el motivo por el cual mi madre me mandó aquí, aunque se lo agradezco, no quita el que ese mensaje sea privado.

Insisto en que tú tampoco tenías que saber de su existencia.

A callar conciencia.

-¿Lo siento? -dice Nick.

-¿Lo sientes? -Doy un suspiro y me dirijo a mi amiga. -Maia, sal de la habitación, por favor.

-Hecho, pero no lo mates.

-No te prometo nada.

Nick mira suplicante a su hermana y ella se encoge de hombros como diciendo "¿que quieres que haga?" Maia sale de la habitación y yo me quedo en silencio mirando a Nick.

-Vas a decir...

Le levanto la mano para hacerle entender que se calle y este lo hace al momento.

-¡Maia, que te vayas implica salir de detrás de la puerta para escuchar!

-¡Lo siento! -dice desde detrás de la puerta.

Un silencio más.

-¡Y del pasillo también!

Entonces se escucha como baja las escaleras.

-Bien, ¿por qué has leído esto?

-Yo...

-Tu...

-Yo...

-NICK, POR FAVOR.

-Vale, vale. -Levanta las manos en señal de rendición. -Yo sólo entré y, como no estabas, me quede en la habitacion. Me aburría así que empecé a mirar cosas y... Por cierto encontré tu reserva de chocolate.

Lo miro como la niña del exorcista y voy directa al armario.

-Sólo has encontrado esto. Lo del cajón, ¿cierto?

-Sí.

-Esto es una ínfima parte de lo que tengo -digo para mí misma.

-¿Que?

-Nada.

-Y eso, que me aburría y acabé por mirar tus escritorio y se cayó la carta al suelo, la curiosidad me pudo.

Bueno, no puedo hacer mucho, ya la leyó. Y, la verdad, es una estupidez, más estúpido es que me moleste con el por esa tontería.

-Lo siento Nicole.

-Tranquilo.

Me doy la vuelta para salir de la habitación y volver con Maia.

-¿Ya está? ¿Así de fácil?

-Sí.

-Ah, no. Esto no puede ser tan fácil.

-Sí puede.

Y en esto me mira raro, desconfiando y empieza a negar con la cabeza para acabar acogiéndome como sacó de patatas y empezar a bajar las escaleras y, yo, a votar sobre su hombro.

-Que manía tienen aquí los chicos por coger a las chicas así ¿no?

-Sólo a ti.

Y no lo veo, pero sé de sobra que me guiñó el ojo y no puedo evitar reír.

-Maiaaa, aquí tu hermano que se ha salvado con un simple perdón.

-Niiiick, aquí tu hermana cansada de tus estupideces.

Nick me baja de su hombro y yo empiezo a notar algo, un olor.

-Maia, ¿qué hiciste?

-Lo sabes amiga.

Me da pasó para acercarme a la mesa y poder ver el sueño de mi vida, algo que siempre quise probar.

-Te amo.

-Lo sé.

-De verdad que tienes que trabajar eso de la humildad.

Ella me da una pequeña sonrisa y yo me acercó al bocata de Nutella y nubes derretidos entre dos rebanadas de pan tostado. Mi sueño. Mi madre jamás y digo JAMAS me habría dejado si quiera acercarme a esto. Vly corriendo a abrazar a Maia y las dos comemos dejando al pobre Nick mirándonos con recelo.

-Anda ven y come -le digo.

-Gracias amiga, eres más buena que mi hermana.

Le hecha una mirada recriminatoria a Maia.

-No es mi culpa que haya tenido que compartir cada cosa de mi vida durante estos diecisiete años. Yo no te voy a dar MI comida.

-No esperes que yo comparta mis recuerdos, hermana.

Y como si de una diva se tratase se da la vuelta dramáticamente y se va a hacer sus tareas de la granja. Vaya, ahora que lo pienso, yo también tengo que hacer mis tareas.

-Claro que lo harás señorita -grita Nick.

¿Y este que tiene? ¿Esa adivino o algo?

-No, pero es obvio.

-Me está dando miedo -le susurro a mi amiga.

Hombres -decimos Maia y yo a la vez. -Ña, a comer.

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Vaya, el maratón llegó a su fin. :c

Tampoco me pidan que acutualice ya, porque es mi época de exámenes, pero al menor prometo no volver a pausarla.

:)

El Extraño Caso De Los KleinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora