Estaban todos dormidos exhaustos luego de largas jornadas laborales , excepto Matilda nunca fue buena para dormir , era capaz de pasar días sin pegar los ojos , sólo consumiendo café con whisky.
Ya pasaba los 28 años de edad,no trabajaba en nada y aspiraba a nada consumía los días tirada en el sillón,la hamaca o su favorita y fiel compañera la cama ,siempre llevaba puesto un poncho marrón que no se quitaba bajo ninguna circunstancia olía a perro mojado mezclado con alcohol.
Compartía la habitación con su hermano Martín, le desagrada hasta las cañuelas ese hijo de Puta,con tan sólo 7 años era un cabron,si uno no se iba a la cama borracho era imposible dormir con ese tipo al otro lado del cuarto,pero mejor no hablemos de el que me sulfuro y me pongo idiota,mejor volvamos con Matilda que es de la que quiero hablarles.
Aparte de ser una persona insoportable,sucia y alcohólica mantenía otro vicio o hábito como quieran llamarlo de lo más reprochable ,le encantaba masturbarse con lo que pillase,la cocina era donde encontraba sus artefactos predilectos,los pepinos y las zanahorias siempre olían extraño en esa casa,pero de un tiempo a este se había sentido un poco vacía, necesitaba algo que llenara su cavidad predilecta ,recostada en la cama se imaginaba siendo penetrada por el tronco de un roble el cual le revolvia las entrañas hasta hacerla gemir,en el Festin de sangre e interiores era el único lugar donde estaba cómoda.
Abrió los ojos y aún sentía esa necesidad que le carcomia el interior ,como dije anteriormente todos dormían menos ella,Abrumada por la epifanía se dirigió a la cocina, nada por ningún lado ni siquiera un puto espárrago,desesperada recorrió toda la Casa buscando un palo un cucharon de sopa o lo que pudiese satisfacerle,al verse derrotada por el cansancio y la frustración,una idea la atravesó como un relámpago — ¡el brazo! como no lo había intentado antes,pero no sólo el puño si no el antebrazo también y todo lo que pudiese arrastrar consigo, sólo ha si quedaría tranquila, por está noche.
Primero un jugueteo con los dedos después ¡¡zuacates!! El brazo completo,pero no podía simplemente, no pasaban los nudillos, claro faltaba algo un lubricante pero que despistada se dijo, fue a su habitación abrió el velador ,el envase pedía piedad,lo apretó hasta con los dientes pero nada,a la porquería no le quedaba ni una gota , devuelta a la cocina,no había aceite,no había huevos ,no había nada que escurriera,pero no todo estaba perdido, había mantequilla en la nevera ,la puso unos segundo en el sartén y dejó que se derritiera justo hasta el punto exacto el cual su misión requería ,se la unto aún tibia se recostó en la tina y comenzó su viaje ,diviso al tronco de roble a lo lejos ,en los jardines pepinos y zanahorias eran los encargados de decorar los campos y ella saltando en medio de todo con el estómago abierto y las tripas colgando.
Ya llevaba un par de horas en éxtasis,pronto despertarian todos a su ritual matutino,pero al intentar sacar el brazo se encontró con que estaba atorado,forcejeo un rato en vano, le dolía el útero al intentar safar,tuvo la sensación que el cansancio la vencía ahora la batalla era contra el sueño.
Se habré la puerta de golpe era el pequeño hijo de Puta de Martín, la miro asombrado una mezcla entre asco y curiosidad el hedor a meado y mantequilla era sofocante salió hecho una bala gritando.
- ¡¡Mama!! Matilda tiene la mitad del brazo en el coño.
ESTÁS LEYENDO
El Lubricante De Matilda
UmorismoSi no logras dormir sin estar borracho,si no soportas a la gente y a los niños en particular y si no logras rascarte la entrepierna sin que te entren ganas de masturbarte en el acto, Creo que te agradara conocer a Matilda.