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Paramos un momento en una gasolinera, el lugar parecía un desierto no había ni un alma, exceptuando a aquel chico y a mí, claro. Mire hacia la carretera, estaba muy oscura y desolada, pero eso era de esperarse si eran las 3:00 a.m.
-¿Te pasa algo?-dijo el mientras llenaba el tanque del auto
-No, ¿Por qué preguntas?-dije observándolo fijamente
-No lose, te noto algo distante
-Me acabo de enterar que mi madre murió, qué quieres ¿Qué de brincos de alegría acaso?-dije algo brusca
-No tenías que expresarlo de esa manera-dijo sin mirarme a la cara, y tenía razón
-Es cierto, tienes razón-dije mientras me recostaba en una de las paredes-Lo siento, pero es que a ver recibido esa noticia, fue lo peor que me ha pasado en la vida. Sin mi madre aquí conmigo, no se me siento sola, y no se puedo confiar en nadie. Sin ella estoy muy desolada y todo se me torna confuso. No lo termino de aceptar y estoy tratando de hacerme la fuerte, pero se me está complicando mucho-dije. Al instante él fue hasta donde yo estaba y se puso a mi lado
-Pero no lo estas, no estás sola Samm-dijo tomándome de la mano-Te protegeré, y hare todo por ti. Y me encantaría que confiaras en mí, porque yo no te quiero hacer daño
-Es que a ti no te conozco. Ni siquiera se tu nombre-dije con voz ronca, ya que llevaba mucho tiempo llorando-Tienes que darme tiempo, para poder acostumbrarme a esto y ver si puedo o no confiar en ti
-Sí, entiendo-Dijo mientras acariciaba mis manos con la yema de sus dedos-Pero quiero que sepas, que yo soy alguien que quiere lo mejor para ti y que te ama
Talvez lo último fue lo que más me sorprendía, lo mire a los ojos, eran preciosos, algo brillaba en ellos, era una luz, como si los estuvieran apuntando con un foco o algo así. Mire otra vez hacia la carretera, a lo no muy lejos, se veía una luz, y eso era lo que hacía que los ojos de este chico brillaran tanto
-¿Qué es eso-dijo el algo incrédulo
-No lose, un auto
-Los autos no tienen la luz tan fuerte
-Pues es un camión
Desvié mi mirada hacia él, sus ojos estaban abiertos de par en par, su mano apretó la mía muy fuerte. Una vez más mire a la carretera y fue ahí cuando entendí el porqué de su expresión, si era un camión lo que venía en la carretera, pero el problema es que venía directamente hacia nosotros, y ya no estaba nada lejos. Él se tiro a un lado y me halo tras de él, ambos caímos violentamente a el piso, en ese preciso instante el camión chocó contra la pared en la que estábamos apoyados, esta se derrumbó completamente y muchos pedazos cayeron sobre el auto, haciendo que este quedara oculto bajo todo ese sementó. Rápidamente, el tomo de mi mano, me puso de pie y empezamos a correr lo más rápido posible para poder escapar de allí, pero no éramos los únicos, nos estaban siguiendo varios hombres y gritaban como locos, y lo que más me aterraba era que gritaban mi nombre.
Ya habíamos corrido un buen pedazo, pero aun así no les llevábamos mucho a aquellos hombres. De un momento a otro, mi cuerpo dio un giro inesperado y era porque ya no corríamos por la carretera, sino que nos habíamos metido en una especie de maizal. Una vez allí aceleramos más y más el paso, hasta que llegamos a un punto en el que no escuchábamos pasos tras nosotros. De repente paramos en seco, frente a nosotros había una granja que al parecer estaba abandonada. No lo dudamos ni dos segundos, entramos en ella y cerramos la puerta
-¿Estas bien?-dijo el mientras me miraba algo preocupado
-¡¿Quiénes son esos tipos y que quieren de mí?!-grite muy alterada