Una niña llamada Mariana le pedía mucho a su mama un conejo blanco con orejas y manchas negras. Su mama convencida le regaló en su cumple un lindo conejo, Mariana estuvo muy feliz, su madre se acercó al micrófono para decir unas palabras y dijo
-Hija quiero decirte que tendrás... UN HERMANO -
-QUE!!!, yo un hermano pero que? -. En la casa después de la fiesta la madre de Mariana Ana le dijo
-Si mi niña tendrás un hermoso hermano que lo llamare Mario -
-NO mama que te pasa yo soy tu CONSENTIDA y nadie más!!! - dijo Mariana
-No te pregunte que si quieras un hermano vas a tener uno y SI QUIERES - dijo Ana. Mariana muy enojada corrió a su cuarto y rompió todas las fotos que tenia con su madre y dijo
-Ya no soy tu hija a partir de ahora te quedas sola con papa -.
Meses después Mario nació. Mariana estaba molesta pero parte de ella no le importaba porque ya no era su madre.
Cuando llegaron a casa sus padres el papa de Mariana Juan le dijo mientras le enseñaba al bebe
-Mira, es tu hermano Mario - - NO, es mi hermano ni tu eres mi padre yo solo soy una niña que vive aquí - dijo Mariana.
Años más tarde Mariana cumplió 10 y Mario 5, a Mariana ya se le olvidó que rechazo a sus padres, pero a ellos no. Un día Mariana les pregunto a sus padres
-Mama y papa, porque no me hablan, que ya no me quieren? - mariana empezó a llorar
-No hija te amamos, pero cuando tenías 5 nos dijiste que nos odiabas - dijo su madre y comenzó a llorar
-mama no llores, perdón no quería que pasara esto pensé que me olvidaría porque ya tenias a Mario - dijo Mariana - olvidarte, hija no lo haríamos jamás - dijo Juan.
Entonces los cuatro se abrazaron y se perdonaron y vivieron juntos para siempre.