Capítulo III

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He llegado a casa, la despedida con Maxwell fue un poco larga y complicada, por así decirlo, ahora solo deseo tomar un rico baño y dormir, con esa tranquilidad y esa paz que él dejó en mí. Mientras camino a mi habitación me encuentro con mi madre, dice que a veces se le olvida que vivo allí, pero es sólo exagerando.
- Ashley, Alex te estuvo llamando todo el día para saber dónde estabas porque te llamó al celular y no le respondías, se escuchaba algo preocupado - me dijo
- ¡Oh por Dios, lo olvidé por completo! - Exclamé
Corro rápidamente en busca de mi teléfono y, en efecto, 23 llamadas perdidas de Alex; va a matarme, me va a dejar, hasta aquí llegó esto. Pienso y al final decido enfrentar esto y llamarle, responde de inmediato, al segundo timbrazo.
- Mi amor, ¿Estás bien? - Pregunta, en serio se escucha preocupado
- Hola Alex, sí mi amor, estoy bien. - Respondo de la manera más natural posible, pero en realidad tengo mucho miedo.
- ¿Dónde estuviste todo este tiempo Ashley? - Me cuestiona
- Pues en casa de Maxwell conversando un poco - Le digo
- Si, ya lo imagino, tu súper relajada conversando con Maxwell, mientras yo me vuelvo loco de la desesperación pensando que te ha pasado algo y no eres capaz de responder el celular. - Reclama, teniendo toda la razón.
- Lo siento Alex, simplemente me entretuve y se me pasó el tiempo. - Me disculpo
- Siempre es lo mismo Ashley, cada vez que ves a Max, te olvidas que el resto del mundo existe y que algunos nos preocupamos por ti; no veo nada malo en que compartas con él, no me opongo, pero al menos déjame saber que no te ha pasado nada. No respondas ni me digas nada, hablamos luego. - Cuelga el teléfono

Y así fue como mi mundo giró 180 grados en menos de un minuto, lo peor de todo es que debo aceptar que tengo la culpa, digo, no me complicaba tanto la vida hacer una simple llamada o responder un mensaje para decirle que todo estaba bien; sé lo que se siente, sé cómo me pongo cuando paso todo el día sin saber si está bien o si le ha pasado algo, no quiero hacerle sentir mal o que no me importa, es decir, es mi novio me importa mucho, demasiado y debo encontrar la manera de hacérselo saber. Le llamaré de nuevo, le pediré disculpas y le invitaré a almorzar mañana.

Le llamo, el teléfono suena y suena, sale el buzón; intento de nuevo, otra vez el buzón; tal vez será mejor dejarle el mensaje en el contestador, es lógico que no quiera hablar conmigo; intento de nuevo, sale la contestadora.
- Alex sé que lo hice mal, te entiendo y sé lo que se siente, por favor perdóname que no me gusta cuando estamos peleados, sabes lo mucho que te quiero y cuanto me afecta esto, llámame apenas escuches este mensaje - Cuelgo y decido ir a tomar una ducha.

Siento el agua correr por mi cuerpo y, al mismo tiempo, quisiera que corriera con ella toda esta tensión de no saber qué pasará en el futuro; a veces siento que la mayor parte de mis horas me las paso pensando en el futuro, pero hoy son muchas las cosas que me preocupan; mi relación está al borde del abismo y mi amistad con Max está a punto de sufrir muchos cambios, es muy difícil que alguien más acepte esta conexión entre nosotros tal cual es, sé que me tocará quedar en un segundo plano, verle menos, hablarle menos, todo será un poco menos; solo espero que, en esencia, nuestra amistad siga siendo la misma porque la verdad no creo que exista en el mundo otro amigo, otra persona como él y, si existe, será muy difícil que yo le encuentre, no creo que corra con tanta suerte.

He comenzado a sentirme un poco indispuesta, triste, vacía; siento que en cualquier momento se derrumba mi mundo, ese que aparenta ser perfecto, un mundo en el que me he apoyado por tanto tiempo, en el que he puesto la razón de cada segundo de mi vida y, si se derrumba, ya no sé qué será de mi porque ya no conozco otra forma de vivir, todo este tiempo he pensado que todo iba a permanecer justo como hasta ahora lo había hecho, que nada iba a cambiar, que todo seguiría exactamente igual, intacto, perfecto. El timbre de mi celular interrumpe mis pensamientos y leo en la pantalla "Alex", por un segundo sentí que mi corazón volvía a bombear sangre.
- ¿Alex? - Contesto de inmediato
Hola Ashley, escuché tu mensaje hace poco - Responde
- Alex perdón, en el momento no lo pensé pero te entiendo - Le digo
- Siempre pasa lo mismo Ashley y ya estoy cansado
- Te propongo algo, ¿Por qué no vienes a almorzar mañana a mi casa y hablamos sobre todo esto? - Le propuse
- ¡Ah, ahora es importante para ti hablar conmigo! - Exclama - Ahora el que no puede y no quiere soy yo, pero eso no supone ningún problema para ti, perfectamente podrías decirle a Maxwell que vaya a tu casa a almorzar y que hable contigo de nuestra relación en mi lugar.
- Alex no te comportes así, por favor, estoy tratando de arreglar las cosas - Casi le estoy rogando
- Lo siento Ashley, en este momento estoy muy enojado, siento que siempre me sustituyes y que te da lo mismo lo que yo esté sintiendo o pensando; no creo que sea conveniente continuar esta conversación, no quiero ofenderte o hacer algo de lo que después me arrepienta - Cuelga nuevamente. Se le ha hecho una costumbre dejarme con la palabra en la boca cada vez que hablamos.

No sé si echarme a llorar al piso o entrarme debajo de las sábanas y no salir hasta el año siguiente. Opto por no hacer ninguna de las dos y llamar a Maxwell, quien responde de inmediato.
- Ashley, ¿Cómo estás? - Me saluda
Pues nada bien Max - Digo en medio del llanto
- Se trata de Alex, está muy enojado conmigo porque estuvo llamándome todo el día y yo no aparecía, siento que soy una mala novia con él y creo que va a dejarme y, si me deja, no sé qué será de mi vida, estoy muy acostumbrada a él - Le explico
- No va a dejarte Ashley, no es tan tonto, ¿Quién en sus cinco sentidos podría dejarte perder? Alex solo está enojado porque no pudo localizarte, pero sabe muy bien la gran y valiosa mujer que eres, tienes la perfección que todos, sí todos, los hombres buscan en la mujer para compartir su vida y eso él lo sabe, es la primera vez que tiene motivos para quejarse de ti, fue un error y los errores ocurren, no todo debe salir perfecto Ashley, está bien equivocarse de vez en cuando y nadie va a juzgarte por eso; en todo caso que Alex decida dejarte por esta tontería, pues es menos inteligente de lo que pensé y no iba a valer la pena. Ahora cálmate y deja de llorar, yo estoy aquí. - Dice
- Eres un exagerado, pero me haces sentir mejor, eres el mejor amigo del mundo y no quiero que te vayas de mi lado nunca - Respondo - Creo que los ángeles son, en realidad, personas donadas en la tierra, porque es la única explicación que le encuentro a la existencia de alguien como tú.
- Y luego dices que yo soy el exagerado - Se ríe - Deja de llorar por favor, te quiero y nunca voy a alejarme de ti y estaría dispuesto a entregar mi vida a cambio de que estés bien.
- ¡Gracias Maxwell, eres tan especial! - Exclamo
- No tienes que agradecerlo mi Ash preciosa, ahora trata de dormir por favor - Me dice
- Está bien, trataré, tú también duérmete y gracias, nuevamente - Respondo - Dulces sueños mi Max.
- Hablamos mañana Ashley, besos - Se despide.

Así es como Max me hace reencontrar mi lugar en el mundo, con esa dulzura que sólo él sabe darme y hacerme sentir, me voy a la cama, pero antes de dormir encuentro un mensaje en mi celular.

"No existen ángeles en la Tierra; existe solo uno y Dios lo envió para mí, tú"

Muero si te pierdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora