El muñeco de ojos color azules como estaba recostado al lado de otra creación de su "padre" al cual amaba con su vida, el otro muñeco era muy similar a el solo que este tenia unos rasgos algo mas fuertes que los de el que eran mas delicados, ademas de que sus ojos eran mas claros, su "padre" les dio nombres a el le dio el nombre de "Haruka" y al otro "Sousuke". Eran ya las 07:00 de la mañana y Makoto Tachibana ya estaba vestido con sus ropas victorianas saludo a sus queridas muñecas y muñecos con una cálida sonrisa.
- Buenos días a todos, espero que hayan tenido una buena noche. - Makoto creía que estas tenían vida que podían escuchar y ver pero quizás no moverse pero tampoco se equivocaba los muñecos y muñecas no se movían por miedo a romperse ya que eran de porcelana, el castaño se dirigió a donde estaban sus dos muñecos por terminar y los sentó.
- Muy bien Sousuke, hoy te terminare junto con mi querido Haruka, muchas gracias por tenerme paciencia chicos saben que he tenido que trabajar mucho para la familia Matsuoka, la hermana del rey no deja de pedir muñecas de porcelana. - Suspiro agotado, bajo sus hermosos ojos verdes Haruka noto que tenia ojeras, pero no cambio de expresión después de todo era solo un muñeco de porcelana luego de hablar no tardo el colocarle a Sousuke una pañueleta en el pecho ( al estilo victoriano) del mismo color de ojos que del pelinegro acto seguido Makoto suspiro feliz.
- Muy bien ya estas listo Sou-chan, te toca Haru-chan. - Sintió algo de enojo el muñeco odiaba que le agregara el "chan" pero nada podía hacer, Tachibana lo tomo con tal delicadeza como si de una rosa se tratase a Haruka le ponía nervioso y si fuese humano estaría sonrojado, se había enamorado perdidamente de su creador, Makoto sostenía una pañueleta azul como el mar y en su rostro había una linda sonrisa que tanto le caracterizaba justo cuando le iba a poner la pañueleta alguien entro a su hogar, era su amigo Rei.
- ¡Makoto! ¡rápido esconde tus muñecas es Rin y sabes a que viene! .- Al oír eso tomo a Haruka y a Sousuke aterrado pera ya era tarde, Rin estaba adentro.
- Rin...por favor no te las lleves, puedes tomar las que gustes pero no te lleves a mis dos nuevas creaciones.- El ojiverde le miro con desesperación y su voz era de suplica de verdad no quería perder a sus amadas creaciones pero Matsuoka negó lentamente.
- Lo siento Makoto, sabes que a Gou le gustan tus muñecas y rogó que no te hiciéramos daño, dánoslas.- Rin se acerco con tal brusquedad que Makoto dio tres pasos hacia atrás pero los guardias del pelirrojo lo tomaron con firmeza y eran los hermanos Mikoshiba.
- Momotaro,Seijuro tengan cuidado con el. - Rin le quito ambas muñecas y el castaño se vio obligado a soltarlas para evitar que las rompiera, Matsuoka dio media vuelta y e dispuso a irse mientras tomaba a los muñecos de los brazos pero dejando que ambos vieran a su "padre", Makoto por instinto se jalo para que lo soltaran desesperado pero un sonido inundo todo el lugar, Nitori había abierto fuego contra Tachibana Makoto sin permiso de Seijuro solo por que se asusto por la reacción.
- ¡¡Makoto!!.- Se escucho la voz de Rei y Rin al unisono mientras que a ambas muñecas les saltaba una pisca de sangre.
El tiempo había pasado y Haruka no dejaba de recordar una y otra vez aquella escena tan horrible que había visto de su amado "padre" pero no entendía bien el cuerpo humano, ¿que había ocurrido con su padre?, desde que Rin se lo llevo fue condenado a ser manejado por hilos al igual que las demás muñecas y muñecos que antes eran de Makoto, todos los días recibía halagos Haruka por su forma de vestir y de bailar ademas de que era el que mas destacaba pero aun así el jamas fue terminado y esperaba que su padre llegara a hacerlo quería saber donde pondría aquella pañueleta paso el tiempo esperando a que el viniera pero este nunca aparecía deseaba de verdad ver el rostro de su amado castaño, de la persona de la cual se había enamorado perdidamente, Makoto había hecho replicas de Gou,Rin,Rei,Nagisa, y muchas personas mas pero jamas hizo una de el, todos los días se preguntaba "¿que estará haciendo Makoto?, ¿estará haciendo mas muñecas?, ¿me extrañara?" sin saber que su amado padre había muerto pero quizás en el fondo lo sabia pero no lo deseaba aceptar, era de noche y Haru estaba sentado en su mini trono que Gou le mando a hacer al chico se encontraba rodeado de muñecas y muñecos pero aun así se sentía mas solo que nunca, miro a Sousuke el cual estaba con la cabeza agachada siempre estaba así desde aquel día, Haruka al igual que Sousuke podía cantar, de hecho era por eso que todos amaban las muñecas de Makoto por que el era el único que podía hacer lo inimaginable con las muñecas de porcelana.
- ¿Por que nací?...- Dijo Haruka interrumpiendo el silencio que había en la oscuridad con todos los presentes.
- Para entretener a la princesa.- Respondió a la duda un muñeco de cabellos rosados
- Te equivocas.- Sousuke dijo aquello con una voz tan fría, tan muerta que daba miedo.
- ¿Entonces?.-
- Haruka y yo nacimos para permanecer con nuestro padre pero fuimos arrebatados de sus cálidas y suaves manos por el tirano de cabellos rojizos...-
-...- Haruka escuchaba atento a lo dicho y quizás su "hermano" tenia razón pero ahora una voz algo estruendosa los interrumpió.
- ¡Silencio de una buena vez!, mañana tenemos que entretener a la princesa de nuevo y necesitamos descansar ademas de que tenemos que tener cuidado de no rompernos.- Era la replica de la princesa Gou, los presentes la miraron y se hundieron en un sueño, mientras que Haruka y Sousuke soñaban el día que fueron arrebatados de aquellas manos y alejados de aquellos ojos verdes que con tanto amor les miraba.
// Pos continuara, espero que les guste y léanlo hasta el final por que no será un final malo malo en si, ademas de que a Rin le daré su momento así bien </3 así que no lo odien...No mucho por favor.
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Broken Doll (MakoHaru)
FanfictionMakoto Tachibana creaba muñecos de porcelana y era muy feliz con su trabajo ya que hacia feliz a muchas personas pero un fatídico día mientras le faltaba solo una cosa para terminar de su muñeco Rin Matsuoka invadió su hogar y...