Capítulo 2

47 3 8
                                    

Evan y yo comenzamos a tener un poco más de confianza, recuerdo que en una clase de aritmética me senté con el y con Dylan, este estaba al extremo de la carpeta al igual que yo pero del otro lado, Evan estaba a mi costado, yo ese día había llevado mi celular y aunque este prohibido en mi escuela me puse a escuchar música con ambos, Dylan se enojó un poco porque no le prestabamos mucha atención y se quejaba con nosotros, Evan y yo solo nos mirábamos, nos reíamos y seguíamos ignorándolo, él tenía mi celular, era uno de esos que se usan con un lápiz; quería cambiar de emisora pero no podía y yo me reía por la forma en que se ponía cuando no le salía algo, el volumen estaba al máximo, nuestro profesor ni se inmutaba, de pronto escuche la voz del coordinador que subía por las escaleras, Evan trato de apagar la radio y no podía, el coordinador estaba por llegar a nuestro salón, yo estaba con pánico a que me decomisen mi teléfono, trataba de apresurarlo pero este no sabía como apagarlo y lo único que atinó fue a esconderlo debajo de su chompa de colegio que estaba entre sus piernas y que apretaba con sus manos con mucha fuerza para que no se escuchase absolutamente nada de la música, el coordinador entro a nuestro salón y de pronto se fue. Evan un poco asustado saco la chompa de entre sus piernas y buscó el celular que se encontraba justamente ahí y yo quise sacarlo de donde estaba pero rápidamente me di cuenta que esa parte no puede ser tocada más que por él mismo, el se dio cuenta y preguntó con mirada pícara.

+¿Porqué no lo sacas?

-Porque no puedo

+¿Porqué no puedes? ¿A caso está en una zona que no puedes tocar?... lo decía muy pícaro.

Reí a carcajadas con él y a la vez me sonrojé y seguimos jugando.

Podría decir que llegaba más que contenta a mi casa por ese chico que me sacaba sonrisas todos los días, llegaba llena de felicidad por ese chico que me robaba abrazos todo los días y a cada momento, abrazos que me hacían sentir que eran eternos; ese chico me hacía sentir especial, ese chico fue mi primer amigo, y no me da vergüenza de decirlo, ya que tuve mucha suerte de que fuera él el primero en serlo, era una gran persona, al menos conmigo lo era, y siempre estaré agradecida por brindarme su amistad, por sacarme sonrisas siempre, y una vez más, por tenerme en sus brazos sin que fuésemos nada.

Evan y yo nos llevábamos bien y teníamos peleas de vez cuando. Un día me peleé con él, estaba molesta y triste porque no me gustaba estar e ojalá con él. Me senté con Mariana y Lucy me pregunto sobre Evan.

+¿Porqué Evan no te habla, Renata?

-Hemos peleado, porque me dijo algo que no me gustó.

Esto último lo dije triste pero mi seño fruncido demostraba que estaba enojada. +Aaaaay como siempre se pelean y después están que se abrazan ¡Por favor, parecen novios!

Me sonrojé mucho cuando escuche decir eso a Lucy, agradecí al mundo entero que Evan no haya escuchado eso, hubiera salido corriendo avergonzada y no regresaba hasta la próxima semana de clases.

No respondí a lo que dijo Lucy ya que no sabia que responder a eso.

Hice lo que toda alumna hace, atendí mis clases y trate de alejar todo pensamiento que tratase de Evan, todo estaba un poco callado, era ya las últimas horas de clases, no podía concentrarme bien, pensaba mucho ese chico, me sentía extraña por eso, era solo mi amigo y no debía estar pensando tanto en él, quizá él no estaría pensando en mi.

Toco el timbre de la salida, aliste mis cosas, Mariana estaba en la primera carpeta copiando, yo estaba a punto de irme cuando de la nada sentí que jalaron de mi brazo impidiendo mi salida, fue cuando volteé y me dí cuenta que estaba parado al frente de mi tratando de balbucear algo, me quedé atenta a lo que iba a decir, hasta que se ánimo y de su boca salió su famosa fracesita "¿No quieres un abrazo mio?", mi respuesta era más que obvia, en ese momento y en cualquier otro necesitaría los abrazos de Evan,  acenti con mi cabeza, me jaló hacia él y nos abrazamos fuertemente, así sentía cada abrazo de Evan. Nos despedimos sonriéndonos y me fui super contenta a mi casa.

Opposite DisastersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora