II: El maldito Marcelo Ablande

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Marcelo desde lo lejos logró ver todo con su catalejo; y justo cuando el pico enorme se comió los restos del barco Marcelo alzó la mano y grito-¡EL MALDITO JACKDOWN ESTA MUERTO!- Toda la tripulación del barco empezó a festejar.
-¡Saquen el ron!- Grito uno.
-Vamos por mujeres- Grito otro.
-¡QUE LOS MÚSICOS EMPIEZEN A TOCAR!- Grito otro.
Marcelo se volteó y guardo el catalejo en un bolsillo superior de su saco. Marcelo siempre vestía un saco negro encima del saco blanco de la marina; fuera de eso nunca vestía camisas no nada; este es un hombre lleno de músculos bien marcados; tiene una gran masa muscular que toda la ropa que usa tiene que ser el doble de grande para que le quepan; tenía siempre una barba de tres días; estaba calvo pero siempre usaba un sombrero de copa, tenía un rostro de muerto; siempre estaba enojado; su brutalidad y fuerza se mostraban en la batalla ya que en esta sólo usaba sus puños para matar; hay leyendas que dicen que ya está muerto porque no importaba el daño causado nunca se le ah visto derramar una sola gota de sangre; en cambio con sólo un golpe puede llegar a matar a alguien. En su pantalón tiene una pistola llamada "Cañón Verde" nunca se ah sabido la causa del nombre pero esa pistola es muy grande y pasada, tan fuerte como para tirar el mástil mayor de un sólo disparó.

Ablande decidió bajar de la plataforma del timón y bajar a su camarote mientras en la superficie del barco se festeja la victoria.
Una vez adrento de su camarote se sentó en su escritorio y entró por la puerta el cabo de mar del barco.

-Tu también lo viste,¿verdad?- en eso una sonrisa siniestra se dibujo en la cara del teniente.
-Vamos Trin, puede ser cualquiera, aparte lo van a tomar por loco, mejor vete de aquí y vete a festejar gunto con todos ellos.- Marcelo bajo su sombrero hasta los ojos, los cerro , subió los pies sobre el escritorio lleno de mapas y papeles, y se puso cómodo. -¿no entiendes?, ¡que te vayas!-

Trin volvió a sonreír.

Trin tiene una actitud muy rara, es muy cínico y a la ves malvado; sólo es leal a Marcelo y ya. No le importa la autoridad, a el lo único que le importa es sacar a los piratas de la historia. El no es como otros que matan por honor o por una gran causa, no, el mata por la única razón de matar, tampoco le importa el placer; el mismo dice que en lo único que encuentra el placer es en matar. Normal mente usa un sombrero ancho de los lados y chico de la copa, usa una venda muy larga, de color púrpura en la frente, tan larga que cuando se hace el nudo en la nuca toda vía queda un gran pedazo que llega hasta la espalda baja. Normal mente no utiliza camisa, sólo para presumir si abdomen bien marcado, sus pantalones se sostiene con tirantes de cuero rojos, en su cinturón se encuentran dos hachas (una de cada lado), tiene dos pistolas que cuelgan en su espalda baja sostenidas por si cinturón y finalmente en su cinturón hay bolsas con balas.

Salió de la sala y se puso a beber viendo como los borrachos bailaban y cantaban.

Marcelo sólo dijo en voz media.

-Al fin te mate hermano, te dije que ser pirata te iba a llevar a tu muerte y quien diría que yo sería el que acabaría con tu vida.- y se empezó a reír entre dientes.
Dejó de estar cómodo en su camarote y se paro del escritorio, camino hacia un librero de mármol que tenía al lado izquierdo, y cuando estuvo frente a este el tomo un libro el cual tenía de título "Familia Ablande", y abriendo la pasta se cayó una carta, Marcelo dejó el libro en su lugar y recogió la carta, volvió a sentarse en su escritorio y la abrió. Esta decía.

Querido hermano:
Talves no te guste que yo me haya vuelto pirata, talves no te guste la idea de tener que pelear uno contra otro, talves... Pero te tengo que decir que hago esto por mi juicio, la vida de ahora está demasiado difícil, en mi trabajo como carpintero nunca logre nada pero aquí, como pirata lograre hacerme millonario, creo que sólo queda decir que...¡espero nunca verte en el mar porque según las ocasiones creo que tenemos que pelear!, perdón.
Tu hermano: Artim, creo que me voy a autonombrar Jackdown, suena bien.

Marcelo se quedó pensando.
-mmmm- suspiro- habrá hecho bien en matarle.- hizo una pausa - Claro que hice bien, vamos si el por su "código pirata" mato a papá y a mamá, junto con nuestro hermano menor.- suspiro, se volvió a acomodar y se volvió a dormir.

Pasaron las horas hasta que porfin se levantó, volteo atrás y vio por ventana que ya era de noche, así que se levantó y empezó a salir del camarote hacia la cubierta del barco; una vez ahí vio que todos sus tripulantes ya estaban borrachos y dormidos excepto Trin el cual estaba recargado en la parte izquierda de la cubierta dándole la espalda al mar.

-Te lleva esperando más de una hora- Dijo Trin-Ya está impaciente.-

-Bueno-Dio un bostezo- dejanos solos.
Trin se fue del otro lado y Marcelo se acercó a la orilla.

-Bien ya estoy aquí, ¿que más quieres?.-
Una voz de ultratumba hablo desde el fondo del mar-YA VISTE MI PODER, AHORA DIME SI ESTAS SATISFECHO.-

Marcelo se acercó a la orilla izquierda, se quito su sombrero y se avento al mar.

MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora