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«It's so funny, who knew? That this fate-like love has started then I'm floating, I've never felt like this before It's sweeter than honey».
Jong Mi delinea suavemente el plumón de punta fina sobre las mejillas de Taehyung. Sabe que se está ganando una venganza que probablemente, le costará la vida.
Se ríe con suavidad mientras una vez terminado su arte en el rostro de Taehyung, acomoda sus sedosos cabellos y la gorra que se le había caído cuando se quedó dormido.
No sabe cómo es que llevan tanto tiempo siendo tan confidentes el uno con el otro, es como si no existiera más que ellos dos cada vez que hablan. Pese a ello, sabe perfectamente que no lo quiere como a un amigo, desde el primer momento que lo vio supo que él no era la persona con la cual compartiría tales sentimientos de amistad; siempre fue algo más. Quizás su personalidad tan explosiva, tan atrayente y al mismo tiempo narcisista hizo que su corazón lo quiera más de la cuenta.
Pero no quiere permitírselo.
Ella misma no quiere permitir aflorar ese sentimiento, aunque cada una de sus acciones la delate más de la cuenta.
Tapa el plumón mientras lo deposita en su lugar. El timbre está a punto de sonar y si no escapa pronto, Taehyung la descubrirá.
Suspira levemente antes de atravesar el umbral de la puerta dándole una última mirada de soslayo.
«Ha quedado bonito.»
«Correción, él es bonito.»
Su salón no está muy lejos, el timbre tras su tercer chirrido dejó de sonar y sabe que la profesora Kwon siempre tarda más.
Quiere pensar en cosas bonitas, como lo lindo que sería tener un papá presente, un papá preocupado por ella y celoso (a veces) de que traiga a chicos tan guapos como Taehyung a casa. Quiere pensar en lo lindo que sería tener una mamá, tener unos brazos fraternales para abrazarla y consolarla si es que llegase a tener un problema.
Más si se trata de un problema del corazón.
Quiere pensar en cosas como tener amigos, aunque sea uno, que no fuese Taehyung; para poder confesarle si quiera cómo se siente cada vez que está a su alrededor.
—¡Eh! ¡Jong Mi! ¿Por qué esa cara? —La voz de su compañero de banco la hace dar un pequeño brinco. ¿Por qué de todas las personas que hay en el salón tiene que hablarle él? No es que no quiera sociabilizar ni algo por el estilo, solo que él en especial, la intimida.
—Es mi cara de todos los días, eh...—dudosa, busca un indicio de su nombre— ¿Ji Soo?
