La Sociedad

II

Esa mañana, la mañana del día 0, algo nos pareció extraño. Aunque permanecíamos en una sala, casi confinados, se podía escuchar mucho ruido, pero hoy no se escuchaba nada, no había guardias y el ventanal estaba pintado de negro. Todos nos miramos confundidos, los pasillos estaban iluminados y el laboratorio también.

—¿Creen que nos dejaron aquí, abandonados? —preguntó M.N mientras se pasaba la mano por la nuca— ¿Ya no les servimos?

—M.N, no te voy a mentir —le respondió Eli—, es una posibilidad.

—¿Por qué harían algo así? —preguntó Joe.

—Chicos, nos estamos adelantando a los hechos —les dije mientras Eli se acercaba a la puerta que da al pasillo—, no sabemos qué pasó y quizás estén descansando, de vacaciones.

—Pero no nos han dicho nada —respondió Sean.

—Ya, pero nosotros tampoco les contamos acerca de todos nuestro sueños, ¿O sí?

Nadie respondió.

—Probablemente Cam está en lo cierto —dijo Eli caminando hacia el laboratorio—, y si es así me gustaría ir a tomar desayuno y actuar como si nada ha pasado.

—Es buena idea, volverán —afirmó Forrest.

Pero yo tenía un sentimiento, yo pensaba que ellos no volverían, que nadie volvería.

Cuando estábamos por terminar con el desayuno, hubo un silencio, puede sonar raro pero por primera vez no sabíamos que hacer. Eli me lanzó una mirada y pude sentir su preocupación. Es el mayor y se me hace que sabe más de lo que debería saber.

—Deberíamos cerrar todas las puertas —les dije en tono alto—, si en realidad están de vacaciones no querrán que toquemos sus cosas.

—¿Nos quieres encerrar aquí?

—¿Qué ya no lo estamos? —le respondí a Sean.

—Ya, pero esta puede ser nuestra oportunidad para recorrer el edificio.

—¿Qué no escuchaste a Cam? Algo puede salir mal y de seguro no querrán que toquemos sus cosas —respondió M.N.

—Ya paren, haremos esto, vamos a caminar por el pasillo, todos juntos y llegaremos hasta el final y nos devolveremos. Primero iremos por el lado derecho y después el izquierdo —dijo Eli con las manos en la cabeza—. Si escuchamos o vemos algo raro nos devolvemos y cerramos todo.

Todos acordamos pero Sean se vio un poco molestó. Botamos los platos plásticos y nos lavamos los dientes. Eli ya estaba esperando en la puerta que da al pasillo y cuando ya estábamos todos juntos, abrió la puerta.

Se podía respirar un espeso y helado aire, Eli iba de los primero y detrás de él estábamos todos amontonados. Caminamos rápido y cuando llegamos al final del lado derecho vimos más pasillo y más luz, no escuchamos ni vimos nada raro.

Nos dimos media vuelta y ahora yo quedé a la cabeza.

—Camina un poco más rápido —me susurró Eli.

Cuando llegamos al final del lado izquierdo, había más pasillo pero las luces parpadeaban y a ratos dejaban todo a oscuras. Nos quedamos en silencio pero nada se oyó. Cuando nos disponíamos a volver, un ruido casi gutural se oyó. Nos quedamos para oírlo otra vez, pero esta vez se vio una sombra y nos devolvimos corriendo a la sala. Cerramos todas las puertas. Las de la cocina, las del laboratorio y la puerta principal que conecta con los pasillos. Nos mantuvimos juntos y observamos la puerta por varios minutos. Cuando vimos que nada ocurrió. Nos fuimos a las camas y allí, susurrando fuerte discutimos acerca de la sombra.

—Era una bestia, lo vi —dijo M.N—. Vi que tenía dientes grandes.

—Para nada, tenia forma de humano —dijo Sean.

—¿Qué tal si solo es un humano y estaba bostezando? —dijo Forrest.

—No creo que los humanos tengan bostezos parecidos al grito de un animal salvaje —respondí.

—¿Por qué hablamos de los "Humanos" como si fuéramos de otro planeta? —pregunto M.N.

—No lo sé —respondió Eli.

—Quizás es solo eso —dijo Joe—, quizás es solo un animal salvaje.

—Sea lo que sea, no podemos salir —dijo Eli y nadie dijo nada más.

En teoría, si llegase a ser un animal salvaje, cuando los curadores y guardias regresen lo mataran y utilizaran como experimento. Al igual que a los otros animales salvajes. Si es otra cosa y nadie aparece, tendríamos que sobrevivir con la comida y agua que hay en la cocina y es mucha comida. Siempre nos han mantenido la despensa llena y nos han dado el agua más limpia según el chef de la cocina, quien tampoco se encontraba en el edificio.

Para la hora de almuerzo Eli se hallaba observando la puerta, mordiéndose los dedos.

—No te preocupes Eli, de seguro no es nada —le dije mientras me acercaba cada vez mas—. Si algo nos llegase a pasar deberíamos ir al laboratorio. Ya que es el lugar más seguro de todo el edificio. Lo sabes.

—Si,no te preocupes —me dijo mientras me daba una palmetada en el hombro—, estábien.