AUSTIN (PARTE 2)

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-Han encontrado uno más- me informa Tess, entrecerrados los ojos para ver mejor.

Bajando la vista: los dos soldados salen de otra casa. Uno agita un e spray de pintura antes de dibujar una equis enorme en la puerta. Conozco esa casa. Allí vivía una chica de mi edad. Mi hermano y yo jugábamos con ella de pequeños a policías y ladrones o al hockey, con un atizasor de hierro o un palo de escoba y una bola de papel.

Tess señala el paquete de la tela que tengo al lado; se que trata de distraerme para que no me preocupe tanto.

-¿Que le has traído?.

Sonrío y desató el nudo.

-Algo de lo que he conseguido esta semana. En cuanto pase la patrulla, se van a dar una fiesta -saco las provisiones y un par de gafas de soldador usadas. Las observo con atención para asegurarme de que no se han roto los cristales-. Son para John. Un regalo de cumpleaños por adelantado.

Mi hermano mayor cumple 19 esta semana. Hace un turno de catorce horas en la central eléctrica del vecindario, y siempre vuelve a casa frotandoce los ojos por culpa del humo. Estas gafas fueron un hallazgo afortunado: la robe de un cargamento de suministros militares.

Las guardo con el resto de cosas; la mayoría son latas de carne picada y estofado de patata que robé de la cocina de un avión. Tambien hay un par de zapatos viejos con suelas intactas.

Me encantaria estar con ellos cuando habran el paquete. Pero John es el unico que save que estoy vivo, y ha prometidono decirles nada a mi madre y a Eden.

Eden hara 10 años en dos meses. Encuanto los cumpla, tendra que pasar la prueba. Yo la suspendi; por eso me preocupa Eden. Aunque es el mas listgo de los tres, tambien es muy parecido a mi. Cuando termine la prueba, estaba tan seguro de haber acertado las respuestas que ni siquira me moleste en comprobarlas.

Entonces, uno de los admnistradores me condujo a una esquin del estdio lleno de niños donde se celebraba la prueba, estampo un sello rojo en mi examen y me metio en un tren que iba al centro. Lo unicomio que llevaba en cima era el colgante que llevo en mi cuello. Ni siquiera me dejaron ver a mi familia.

Cuando un niño hace la prueba, le puden ocurrir varias cosas.

Digamos que consigue una puntuacion perfecta: 1.500 puntos. Nadie ha sacado eso salvo una persona, hace ya unos años. Los militares montaron un autentico alboroto. ¿Quien  sabe lo que le espera a un chaval que saque una nota tan alta? Dinero a montones y poder, supongo.

Saca entre 1450 y 1499: Puede darse por contento. Tendra acceso a seis años de estudio, y luego a otros cuatro en una de las mejores universidades de la Republica: Drake, Stanford o Brean. Despues, le contrata el Congreso y gana un monton de dinero. Alegria, alborozo. Al menos, desde el pnto de vista de la Republica.

Consigue una buena puntuacion, entre 1250 y 1449 puntos: puede seguir estudiando en el instituto y luego va a la universidad tecnica. Nada mal.

Si saca entre 1000 y 1249, el Congreso le impide ir al instituto. Pasa a formar parte de la clase marginal, como mi familia. Lo mas facil es que acabe trabajando en una turbina de agua (hasta que se ahoge) o en una central electrica de vapor (hasta que se cueza vivo). Ha fracasado.

Y tambien puede suspender.

Quienes suspenden suelen ser niños de los barrios bajos. Si eres uno de ellos, la Republica manda un funcionario a tu casa para obligar a tus padre a firmar un contrato por el que ceden tu custodia al gobierno, Les dicen que has sido enviado a un campo de trabajo de la Republica y que no volveran a verte. A los padres no les quedan as remedio que creerles y firmar. Algunos incluso se alegran, porque la Republica les da en compensacion mil billetes. ¿dinero y una boca menos que alimentar? ¡Que gobierno tan conciderado!.

¿La pega? Que es mentira. Un niño inferior, con malos genes, carece de utilidad para el pais. Si tiene suerte, el congreso le permitira morir antes de mandarle al laboratorio para examinar sus imperecciones.

Quendan cinco casas. Tess ve la preocupacion en mis ojos y me pone un mano en la frente.

-¿Te encuentras bien?

-Si, perfectamente.

No despego los ojos de la ventana, y por fin ditingo una cara familiar. Eden se asoma y contempla a los soldados. Los apunta con un cacharro metalico que parece de fabricacion cacera, se agacha y desaparece de mi vista. Sus rizos lanzan un destello blanco a la luz parpadeante de la lampara. Conociendole, es facil suponer que ha construido un aparato para medir distancias o algo parecido.

-Esta mas delgado-murmuro.

-Esta vivo y camina-replica Tess-. Yo diria que es todo un triunfo.

Unos minutos despues vemos a John y a mi madre deambular al fondo de la habitacio, lejos dee la ventana. Hablan muy concentrados. John y yo nos parecemos bastante, aunque es se ha vuelto mas rubusto de trabajar todo el dia en la central. Como la mayoria de los hombres de nuestro sector, lleva el pelo largo y recogido en una coleta. Su chaleco estan llenas de manchas rojizas de arcilla. Juraria que mi madre le esta regañando por algo, seguramete por permitir que Eden se asomara en la ventana. De repente, le da un ataque de tos y aparta de un golpe la mano de John. Dejo esapar un suspiro de alivio: al menos, los tres estan bastante bien como para caminar. Aunque alguno de ellos este infectado, tal vez puedan recuperarce. No hago otra cosa que pensar en lo que sucedera sin los soldados marcan su puerta. Mi madre y mis hermanos se quedaran quietos y callados en el cuarto de estar hasta mucho despues de que los militares se hayan ido. Luego, mi madre pondra su gesto de resolución habitual y lo mantendrá hasta la noche, cuando llorara en silencio. Por la mañana, empezaran a recibir pequeñas raciones de alimentos y agua y solo podrán esperar hasta recuperarse. O hasta morir.

Dejo que mi mente vague y pienso en el alijo de dinero robado que hemos escondido Tess y yo. Dos mil quinientos billetes. Suficiente para comer durante meses, pero no lo bastante para comprarle a mi familia vacunas anti-peste.

Los minutos se arrastran. Dejo a un lado el tirachinas y echo un par de partidas a piedra, papel o tijera con Tess. (No se por que, pero es buenísima jugando a esto). Aunque miro a cada poco la ventana de mi madre, no vuelvo a distinguir a nadie. Sen han debido de quedar los tres junto a la puerta, preparados para abrirla en cuanto oigan el ruido del puño contra la madera.

Entonces llega el momento. Me inclino sobre el alfeizar, tanto que Tess me agarra del brazo para impedir que me caiga. Los soldados llaman a la puerta. Mi madre abre la puerta de inmediato, les deja entrar y cierra. Me esfuerzo por escuchar voces, pasos, cualquier sonido que salga de mi casa. Cuanto antes acabe esto, antes podre darle mis regalos a John.

El silencio se prolonga.

-Falta de noticias, buenas noticias, ¿no?-musita Tess.

-Muy graciosa

Cuento mentalmente los segundos. Pasa un minuto. Luego dos, después cuatro. Diez minutos.

Quince, Veinte minutos.

Me giro hacia Tess, que se encoge de hombros.

-Puede que tengan el lector estropeado-sugiere.

Ha pasado media hora. No me atrevo a moverme de mi puesto de vigilancia; tengo miedo de que pase algo. Parpadeo velozmente y tamborileo con los dedos el mango de mi cuchillo.

Cuarenta minutos. Cincuenta. Una hora.

-Aquí pasa algo raro-susurro.

Tess frunce los labios.

-Eso no lo sabes

-si que lo se. ¿Por que tardan tanto?

Tess abre la boca para responder, pero antes de que pueda decir nada, los soldados salen de mi casa en fila india. Sus rostros son inexpresivos. Finalmente, el ultimo cierra la puerta de mi casa y se lleva la mano al cinturón. Me asalta una oleada de vértigo: se lo que viene después.

El soldado traza una linea roja en la puerta en diagonal, y luego pinta otra para formar una equis. Maldigo en silencio. Estoy a punto de darme la vuelta cuando le veo hacer algo inesperado, algo que no he visto hasta ahora.

Alza la mano y traza una tercera linea vertical que corta la equis por la mitad.

LEGEND 《AUSLLY》 -PAUSADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora