Su mundo era uno solo, un cuarto de cuatro paredes, que contenía lo que necesitaba donde nada sobraba, era algo oscuro, pero era debido a que las cortinas no las abría, era pequeña, suficiente espacio para soñar con lo que le hubiera gustado ser.
Su mundo era uno solo, un cuarto de cuatro paredes, que contenía lo que necesitaba donde nada sobraba, era algo oscuro, pero era debido a que las cortinas no las abría, era pequeña, suficiente espacio para soñar con lo que le hubiera gustado ser.