No recuerdo más. Termine estando en el hospital, estuve inconsciente al menos 20 minutos.
- ¿Y tú qué?- le dije a Gustavo que me miraba con una terrible cara de preocupación.
- Dime, ¿Qué hacías en un parque de diversiones si no sabes nadar?
- ¿Y tú qué hacías lanzándome a una alberca si no se nadar?
Depronto, su rostro se oscureció.
- Lo lamento, yo no lo sabía de verdad - Sus mejillas se ruborizaron - Estaba muy asustado, y bo sabía que hacer te saque lo más rápido que pude, no respirabas incluso pensé que morirías.
Sus manos sudaban, se sentía demasiado tenso el ambiente. Tenía que salvar la situación.
- ¿Entonces intentaste matarme? - Dije en tono burlesco, sus mejillas volvieron a su todo normal.
- Si, dijeron que eras demasiado peligrosa y me mandaron a matarte, no tuve más remedio.
- Oh, ahora el Kung fu panda quiso matarme, entiendo, que ridículo eres. - me reí.
Situación salvada: Punto para mí.
- ¿Entonces no estas molesta?
- Sí, mucho, será mejor que te vallas o este "Peligro" será furia.
Se fue riendo, depronto entró la enfermera:
- Tienes que comer esto,para que pronto puedas salir de aquí - Dijo acercándome un plato de papaya.
- ¿Y mi madre?
- Llegó hace 1 hora, el chico que estaba aquí, pidió quedarse hasta que despertará, así que esta haya afuera, en la sala de espera. Más tarde tramitarán tu alta. Así que come.
Se fue, ya había estado en este hospital hacia tiempo, la comida no era muy buena pero si quería salir de ahí, sería mejor comer todo y pronto. Mi madre entró en silencio a la habitación.
- ¿Cómo estás hija? - Dijo con una sonrisa de compasión.
Ella nos quería mucho, era muy difícil entender que era lo que le pasaba.por la cabeza, se emocionada por todo y también se ponía triste muy seguido, entonces empezó a contarme exactamente lo que había pasado.
- Y cuándo vi que caías inmediatamente corrí a gritarle que no sabias nadar - Y depronto, una sonrisa apareció en su cara - Él entró como una bala recién disparada a sacarte de ahí, dejaste de respirar por algunos segundos y te ayudo para que volvieran a respirar, todos subimos al auto y llegamos directamente para acá. Tu tía Annie vendrá a recogernos, te traje ropa cambiate mientras voy a dar el alta.
- Sí. - Le sonreí.
Termine de recoger la habitación, y salí lo más pronto posible, los hospitales me dan asco, quien diría que terminaría en uno.
Gustavo estaba sentado en una de las sillas de la sala, me divertía saber lo culpable que se sentía. El era demasiado ridículo.
- ¿No te dije que te fueras?
- He venido a eliminarte totalmente.
- ¿No te fue suficiente?
- No, quiero exterminarte.
- Bueno, ya me darán de alta, después de esto, no volverás a saber de mí.
- ¿Qué pasa si quiero saber siempre de ti? - Empezó a acercarse más a mi y mi respiracion se agitó.
- Aléjate - Lo empujé, había una barrera que no quería cruzar. Sentía miedo y ganas de vomitar, no tenía ni un día en el que nos habíamos conocido, solo llegó y alboroto lo que sentía con lo que pensaba y ahora quería... ¿Quería besarme?
Nos miramos con extrañeza hasta que mi madre, rompió el profundo silencio.
- Bien hija podemos irnos.
- Adiós Gustavo - Estaba furiosa, ¿Quien era ese tipo? ¿Quien le daba derecho de hacer lo que me estaba haciendo?
La tía Annie estaba afuera en la camioneta y subí en el asiento del copiloto.
- Te creí muerta - Dijo mi tía.
- Y yo creí que Marco sería tu último hijo.
- No seas grosera - Gritó marco desde la parte trasera de la camioneta.
Él era el 3 de los 6 hijos que tenía mi tía. Si 6.
- ¿Qué pasó ahí? - Dijo mi madre cuando llegamos a casa.
- Nada, hablamos y sólo me despedí, no es la gran cosa.
- ¿Estas bien?
- Sí, sólo estoy algo cansada.
Me eche a dormir, estaba aturdida mucho a decir verdad, puse mis audífonos a todo volumen y dormí. ¿Qué cosa acababa de pasar?