Diario de Susan Pevensie, Reina Susan La Benévola

6 semanas

Queridos Lucy, Edmund y Peter:

Ya son seis semanas sin vosotros. Para mí el tiempo se ha parado en Inglaterra desde que no estáis aquí conmigo, todos los días son iguales. Mis amigos están preocupados porque ya no les llamo ni voy a las fiestas, ni hablo con nadie. Solo estoy metida en casa mirando fotos de nosotros de cuando éramos niños y algo más mayores. Veo a Peter jugando con un soldadito de plomo cuando apenas tenía tres años y yo a su lado con otro muñequito haciendo que estaban en plena batalla. A Edmund sentado en las rodillas de nuestro padre mientras éste nos contaba cosas de su trabajo los días que estaba en casa. A Lucy jugando conmigo a las muñecas en nuestra habitación... Son tantos recuerdos y todos tan felices. No paro de mirar esas fotos pensando que así estáis en cierto modo a mi lado.

En cuanto a mis sueños sigo igual, solo que esta vez han cambiado algo, porque también aparezco yo en esos sueños. Me encantaría que fueran reales, aunque sea solo un sueño, porque eso significaría que por fin volvemos a estar juntos de nuevo, y que esto que estoy pasando es solo una pesadilla. Pero sé que son solo eso, sueños, que jamás se harán realidad, ya que por lógica hay cosas que no pueden suceder por más que uno quiera.

Sigo con el debate, pero hay momentos en los que mi corazón hace callar a mi cabeza diciéndole que, si creyera en esos sueños, en ese país imaginario llamado Narnia, que sería más feliz. Pero mi cabeza le dice a mi corazón que son solo sueños, que nada de eso es real. Solo sé que mi cabeza está cansada de pelear con los deseos de mi corazón de volver a veros, y es tanto el anhelo de volver a veros... Aunque solo fuera unos segundos.

Si alguien me dijera que creyendo en ese estúpido juego que jugábamos de niños podría veros solo unos instantes lo haría, pero no puedo, porque sé que eso solo fue un juego. O eso creo. Me despido de vosotros de nuevo, ya que estoy volviendo a llorar... Sé que estas cartas jamás os llegarán, pero yo tengo el consuelo de que así hablo con vosotros, aunque no sea real.

Se despide vuestra hermana mayor, la que os echa de menos y se arrepiente de no haber sido más comprensiva con vosotros.

Para mis queridos hermanos de su hermana que no os olvida,

Susan