Me levanté sin saber muy bien lo que estaba haciendo, miré el reloj, 7:30am la hora a la que me levantaba todos los días, pero ahora los días serían diferentes, ya no estaba en esa espiral que parecía no tener final.
Estaba yendo al colegio, como siempre, a las 8:00am, pero era diferente, iba sonriendo como una tonta escuchando temas de The Vamps. Llegué al colegio y, cuando entré en la clase, todos se me quedaron mirando de una forma extraña, me veían diferente, ya no era la típica niña depresiva que no entendía muy bien lo que hacía con su vida. Esta vez no tenía tantas ojeras y mi piel ya no se tornaba a tan pálida.
Después de las tres aburridas primeras horas, llegó el recreo, volví a hablar con Emily y le conté que le había mandado ese "valeroso" mensaje directo, al parecer, vencer mis miedos, me hacía estar mejor conmigo misma, pero también le conté que no me respondió, pero me daba igual, prefería parecer una valiente fracasada a una cobarde desinteresada.
-Quizá el chaval esté un poco extrañado, no te conoce de nada y le has empezado a hablar sin razón ninguna. - dijo Emily bastante seria.
-O quizá ayer se fue a dormir antes de tiempo y ni siquiera leyó el mensaje. - respondí.
Quizá aquel tema me preocupaba más de la cuenta, cosa que no debería, era un chico que ni conocía y me hacía sentirme extraña.
(*)
Estaba tumbada en mi cama, con el móvil mirando vídeos en YouTube, estaba realmente aburrida, pero de repente sonó una notificación en Twitter, el chico que no conocía pero que me inquietaba había respondido mi mensaje.
(en Twitter)
- Hola, que tal? Gracias por seguirme ^^ ¿desde cuando tocas la guitarra?
+Hey, no hay de que, eres amiga de Jaime no? Toco la guitarra desde hace un año pero no se me da nada mal.
-Sí, Jaime es amigo mio, cuando viene a la salida del colegio, él me habla muy bien de ti ^^
+Te habló de nuestro grupo de rock?
-Claro, lleváis bastante tiempo ensayando ya según él, a ver si un día podría ir a veros ensayar ^^
(no podía creerme que hubiera escrito eso)
+Cuando quieras
Y la conversación continuó y continuó.
Sentía como un cosquilleo recorría todo mi cuerpo cada vez que recibía una notificación suya, a cada letra del móvil que le daba para enviarle otro mensaje, me hacía temblar, ésta no era yo, esto no podía estar pasando, me estaba enamorando de una persona que ni siquiera conocía.
