¿Para qué servirán los sueños? Quizá sirvan para mantener a nuestra cabeza entretenida mientas descansa. Quizá sea para inventar un irreal que añoramos; o que queremos que siempre se mantenga alejado de nosotros. Mi madre solía decirme que las cosas más importante aparecen por nuestra mente al levantarnos y al irnos a dormir. Y lo cierto es que, pensar en la persona que más me importa ahora mismo, es una buena razón para levantarme cada mañana.
-¡Peter! -Escucho desde el piso de abajo.
Me incorporo, sentándome en la cama. Me frotó los ojos y me pongo las gafas que están la mesa. Me levanto para vestirme. Aún un poco adormilado, aparto un poco la cortina para que los rayos pálidos del sol aparezcan por la ventana. Entonces, miro al frente, y veo lo único que me da energía: una chica. Pero no una chica cualquiera, la señorita Mary James Watson. La chica en la que me fije antes de fijarme en las chicas. Está cepillándose el pelo frente a un espejo de su habitación. La observo con una débil sonrisa hasta que desaparece; ni tan siquiera se da cuenta de mi presencia. La puerta de mi habitación se abre.
-Peter, vamos. No querrás llegar tarde a clase.
Me giro y veo a mi tío Ben en el umbral de la puerta.
-Vamos, chico. -Dice antes de desaparecer.
Recojo la mochila -que está junto a la puerta- y me la cuelgo a los hombros. Bajo las escaleras deprisa, mis tíos están desayunando.
-¡Buenos días! -Exclamo dirigiéndome a la puerta.
-Buenos... ¿Peter, no vas a desayunar? -Exclama May.
-No, ya desayunaré en la cafetería. -Respondo mientras cojo mi abrigo del perchero que hay junto a la puerta.
-No me gusta la comida de la cafetería. -Comenta tía May disgustada.
Me descuelgo la mochila para abrigarme y de paso, cojo un libro de Ciencias de la mochila. Me la vuelvo a colgar sin meter el libro.
-¡Qué tengas un buen día, hijo! -Me desea Ben.
De camino a la parada de autobús, ojeo algunas cosas del quinto tema. No es que tenga examen, tan sólo quería asegurarme de la última lección. La ciencia ha sido mi amiga a lo largo de toda mi vida. Aunque tampoco es que haya tenido demasiados amigos.
El autobús ha llegado a la parada, subo los tres escalones y saludo con la mano al conductor el cuál no me devuelve el saludo. En cuanto el autobús se pone bruscamente en macha, doy un traspié y necesito agarrarme a un asiento para no perder el equilibrio.
-¡Aparta esas manos de mi asiento! -Exclama la chica que hay sentada en él.
Quito las manos en silencio. Según voy recorriendo el pasillo, noto las fulminantes miradas que se clavan en mi como espadas, y que me decían a gritos que ni me acercase a ellos. En la quinta fila, veo a Mary James, con un chico abrazado a ella. Deseo tanto ser ese chico. Finalmente, encuentro un asiento vacío en la última fila. Acabo de cruzar, lo que para mi es un campo de batalla. Pero sé que no iba a ser así por mucho tiempo.
Sea cual sea la siguiente lección, siempre me sorprende más que la anterior. Hoy he hecho más de diez experimentos.
-¡Muy bien, Parker! Siga así y seguro que le darán la beca cuando se gradúe. -Me dijo mi profesor de Ciencias con orgullo.
-Lo intentaré, señor. -Respondí agradecido.
-Dentro de una hora habrá una exhibición en el departamento de Ciencias . Puede que le interese.
Camino por lo pasillos pensativo. Al parecer, iban a hablar de la genética entre especies y la radioactividad. Era bastante interesante. De camino hacia mi taquilla un tropezón hizo que me desprendiese de mis pensamientos. En el suelo, miré hacia atrás mirando al chico que me había hecho tropezarme: Flash Thomson. El novio de Mary James.
-Cuidado, Parker. -Dice entre carcajadas.
Me levanto, no sin antes recoger las gafas del suelo que se habían desprendido en la caída. Abro mi taquilla y saco mi cámara de fotos de ella. No puedo acudir a la exhibición sin mi cámara. Prosigo mi camino. Antes de llegar al departamento de Ciencias, paso por la cafetería para sacar las fotos que la revista del instituto me había pedido. Casi todos los alumnos están almorzando allí. Me coloco en el sitio dónde debería salir mejor la foto. Cuando veo que tengo el ángulo perfecto, noto un leve empujón que hace que la fotografía salga movida. Vuelven las risas. Ahí vuelve a estar Flash y sus supuestos amigos, a los que llamaría aliados.
Me dirigo al departamento de Ciencias; la exhibición acaba de empezar. Todos los pertenecientes a la sala son mayores que yo. Una mujer de unos treinta años comienza a hablarnos sobre el control de los rayos radioactivos en el laboratorio. En cuanto, la monitora y el grupo de oyentes pasan a la otra parte de la sala, aprovecho para sacar fotos a la maquina. Me dirijo hacia las fuentes de cristal, dónde están arañas con las que los científicos experimentan. Mientras me concentro en sacar las fotos, noto un leve cosquilleo -pienso que es un viendo tenue que sopla desde la ventana-, hasta que siento un gran pinchazo.
-¡Ah! -Grito llamando la atención de algunos presentes mientras que le llevo la mano al cuello. Sonrío como si todo fuese bien. Oigo algunos comentarios necios y sobre todo -bicho raro-. Pero no les presto la más mínima atención.
ESTÁS LEYENDO
Peter Parker
Ficção CientíficaSi ya conoces la historia de Spider Man, ¡conoce profundamente la historia de Peter Parker!