1. Una nueva etapa.

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Siete de la mañana, me despierto con ganas de empezar las clases de nuevo, me siento en la cama y me miro al espejo que hay en frente de mi; tenía el pelo despeinado, como es lo normal por la mañana; tenía el pijama de Stich que tanto me gustaba, pero así no debía ir al instituto.

Me levanto de la cama y cojo ropa al azar, siempre hago lo mismo, no me gusta ir muy arreglada a ningún sitio. Como era de costumbre, bajé a la cafetería que estaba debajo de mi piso.

Ah, espera, que tu no sabes nada de mi, es verdad, nos acabamos de conocer y esas cosas... Me llamo Anna y tengo dieciséis años; vivo sola, mi padre murió en un accidente de tráfico y mi madre dice que está en Nueva York por una reunión de trabajo, pero se que esta en la cárcel... Aunque el por qué, no lo se; soy de mediana estatura; tengo el pelo castaño oscuro, pero demasiado oscuro, digamos que lo tengo tirando a negro; mis ojos son azules; y creo que ya sabes tu más de mi que yo misma.

Bajo por el ascensor, compro en la cafetería un croassant y café con leche y emprendemos el camino hasta el nuevo instituto.

Ocho de la mañana, llego justo a tiempo a clases y entro por la enorme puerta grisácea. Estoy muy nerviosa, estamos a casi la mitad de curso y es mi primer día aquí. ¿Qué? ¿No te lo había dicho? Se me habrá pasado...
Esta es la décima vez que entro a un instituto nuevo, siempre me hechan de todos a los que he ido, pero presiento que este año será diferente, lo noto. ¿Por qué me echaron tantas veces? Según los profesores hago bullying a los de mi clase, ¿menuda tontería, no? O sea, no es para tanto, es sólo a las chicas que se acercan al que me gusta, no es nada peligroso... ¿No?

Me he sentado en un banco, ya que aún no ha llegado nadie.

-Habré llegado muy tarde... ¿O muy temprano? - me dije en alto.
-No, tranquila -rio-, suelen llegar tarde.

Era una voz muy bonita que procedía de una chica, dicha me hace sombra porque estaba detrás mía, justo por donde salía el sol se colocó ella. Me giro para mirarla; era bastante mona, tenía el pelo de color morado y los ojos también, me da que lleva lentillas.

-Soy Katherin, encantada.
-Yo... Soy nueva -admiré tímidamente. Unos eternos segundos silenciosos se han apoderado de nosotras-. Me encanta tu tinte de pelo -dije para romper el hielo.
-¡Vaya! Muchas gracias -sonrió- ¿A qué clase vas? -le contesté- Vas a la clase que está a mi lado, ¡qué bien! Yo te guiaré hoy.

No me lo puedo creer, mi primera amiga, la primera que tengo desde hace muchísimos años...

Solo mío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora